MÁS de 100.000 perros y 30.000 gatos fueron recogidos por protectoras de animales y centros de acogida durante 2015, lo que refleja la abundancia de quienes creen que cuidar un animal es una tarea sencilla. Estas cifras las ofrece la Fundación Affinity, encargada de la formación y difusión de los beneficios de la convivencia con mascotas, en su balance de 2015 sobre el abandono, pérdida y recogida de estos animales durante el pasado año.
Si ya la cifra es alta, desde SOS Bilbao creen que no refleja la realidad. “Los datos son inferiores a las cifras reales porque Affinity los obtiene de protectora o de centros de acogida, pero no contabiliza a todos los abandonados”, señala Sonia Brena, presidenta de esta protectora bilbaina. Algunos de los animales dejados a su suerte son recogidos, por ejemplo, por personas que se dedican a la acogida independiente de animales pero que no pertenecen a colectivo alguno. Los datos referentes a estas mascotas son algunos de los que no recoge este estudio.
Hasta hace algunos años el verano era la estación maldita para los animales. Las protectoras se encontraban con perros adultos que habían sido adoptados o comprados cuando eran cachorros pero que al crecer eran abandonados. Esta tendencia ha cambiado y hoy en día el repunte de abandonos se da con el fin de la temporada de caza. Este problema es especialmente sangrante en Euskadi, donde “los abandonan porque son perros que no valen para cazar o porque al final de la temporada no quieren mantenerlos”, explican desde SOS Bilbao. En Euskadi la raza más afectada por el fin de la caza son los Setter, que a menudo son localizados en las carreteras cuando dejan de ser útiles.
Aunque este no es el único motivo. A menudo las familias se deshacen de sus mascotas porque sus circunstancias cambian y les resulta imposible mantenerlos. No obstante, dificultades económicas, alergias o incompatibilidades con otros animales son también habituales. Los animales que llegan a la protectora son mantenidos en casas de acogida. En este momento, unos 35 perros y 40 gatos viven de acuerdo a este régimen. La acogida de animales implica que están en la casa de manera temporal, hasta que se les encuentre una familia de adopción. En el caso de la adopción, el trámite es sencillo, y como señalan en su web (www.sosbilbao.org) por poco más de 130 euros una familia puede adoptar a uno de estos animales.
Son normalmente los cachorros de hasta 5 o 6 meses los que con mayor sencillez encuentran una familia. A partir de ahí, el camino se vuelve más complicado. “Existe un pequeño repunte en las acogidas cuando son mayores o tienen problemas de conducta”, explica Sonia.
sacrificios Desde la protectora bilbaina señalan su compromiso con la política de sacrificios 0. Por desgracia, no se puede decir lo mismo de bastantes centros de acogida municipales. “Los ayuntamientos deberían destinar fondos para que los centros de acogida sean lugares dignos y favorecer la adopción”, recalca la presidenta de SOS Bilbao. Los consistorios se amparan en la Ley de Protección de Animales de 1993, que determina que los perros sin microchip tienen que estar un mínimo de 30 días a partir de los cuales pueden ser entregados en adopción y que la administración solamente puede sacrificar un animal sano cuando no tiene ningún medio para mantenerlo. “Que los ayuntamientos no tengan ningún medio para mantener dos o tres perros es poco creíble”, crítica Sonia Brena.
Para el control de los perros desde la protectora optan por campañas intensas de microchipado, ya que, como señala el balance de Affinity, tres de cada cuatro canes abandonados no tenían microchip. En el caso de los gatos, se apuesta por la esterilización con el fin de evitar camadas incontroladas, ya que este es “el único método éticamente aceptable”. Para ello se aplica el método CES, que consiste en que se coge a los gatos, se les esteriliza y se les devuelve al mismo sitio.
Para evitar problemas, la protectora se involucra en el proceso de asignación de un animal. Tienen en cuenta sus características, las horas que disponen para el cuidado de la mascota, si tienen algún otro animal en casa o si tienen hijos. “La gente se fija en animales por el aspecto físico pero no tiene en cuenta su conducta o el nivel de actividad que necesitan”, explica la presidenta de la protectora. Para concienciar a los futuros dueños, SOS Bilbao intenta encauzarlos hacia los perros y gatos más adecuados según su situación.
financiación privada Muchas de estas asociaciones sin ánimo de lucro que trabajan en favor de los animales no reciben financiación pública, lo que les lleva a buscar formas de obtener dinero de lo más originales. Una de estas son los detalles para boda que ofrece SOS Bilbao. “Surgió a raíz de una pareja de voluntarios que se casaba y a la que se le ocurrió que hicieramos algún detallito y ellos donarían un porcentaje. Pusimos un agradecimiento en Facebook y más parejas se interesaron”. El éxito fue tal que ahora hay una persona dedicada a realizar los regalos para bodas. Además de estos detalles o los rastrillos y concursos que realizan, la protectora cuenta con una basta red de benefactores, que donan una cantidad de dinero todos los meses, y padrinos, que apadrinan un gato o perro y aportan también una cantidad monetaria.
Pese a las dificultades, Sonia se muestra “optimista”. Señala que cada vez más administraciones están dispuestas a involucrarse, pero todavía “hay ayuntamientos que son muy reacios a colaborar con la causa”. Desde que entró hace 13 años a la protectora ha visto como “cada vez estamos mejor”. Ellos, además, trabajan codo con codo con numerosas administraciones “que se preocupan por el tema pero que no saben qué hacer”, explica.