La ascensión al Centinela de piedra a través de la ruta seguida por David Markaida es habitualmente calificada de sencilla en tanto en cuanto no es necesario el uso de técnicas de escalada para hollar los 6.959 metros de altitud. Por este motivo, esta vía del noreste es seguida por la inmensa mayoría de los más de seis mil andinistas que cada temporada acceden al Parque provincial. Sin embargo, esto no significa la inexistencia de riesgos durante el ataque a la cumbre. De hecho, las ventiscas de nieve y los fuertes vientos superiores incluso a los 100 Km/h que campan a sus anchas por las alturas andinas (el llamado viento blanco del Aconcagua) podrían haberse convertido en los culpables de la desaparición del meñakarra. Rosana Villegas, redactora del 'Diario Uno' recogía este jueves las declaraciones de uno de los compañeros argentinos de cordada, Adrián Martínez, natural de Santa Fe, quien al tiempo que alababa la capacidad física de Markaida, explicaba que el fatídico día 8 "le aconsejé que no subiera porque teníamos pronóstico de mal tiempo, pero él eligió seguir". Ellos hicieron cumbre el día 10 y, al no hallar rastro de él, dieron el aviso a la UPRAM.
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