Canonizada la Madre Cándida, la monja vasca que promovió la educación de las mujeres
El Papa destacó la determinación por vivir de la fundadora de las jesuitinas
Ciudad del Vaticano. Benedicto XVI proclamó ayer en el Vaticano ante más de 80.000 personas a seis nuevos santos, entre ellos la beata monja guipuzcoana Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, fundadora de las Hijas de Jesús, la primera mujer guipuzcoana en ser proclamada santa. Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola dedicó su vida a "vivir sólo para Dios" y en promover la educación de la mujer.
La Madre Cándida, como es conocida, fue bautizada con el nombre de Juana Josefa Cipitria y Barriola. Hija de una familia humilde, nació en el caserío de Berrospe, en Andoain, el 31 de Mayo de 1845. Muy joven abandonó su tierra para trabajar en Castilla y ayudar así a su familia. El 2 de Abril de 1869, en la iglesia de El Rosarillo en Valladolid, vio claro que tenía que fundar una congregación "para salvar las almas, por medio de la educación e instrucción de la niñez y juventud".
El 8 de diciembre de 1871 en Salamanca junto con otras cinco mujeres comenzó su aventura y aquella mujer humilde, de poca cultura y pocos medios materiales funda la Congregación de las Hijas de Jesús. La exclusión de la mujer y de las clases económicamente débiles de los ámbitos de la enseñanza movieron a la Madre Cándida a iniciar este camino, según resaltan sus biógrafos.
La aventura de Salamanca se extiende por toda la geografía estatal y en 1911 la primeras Hijas de Jesús cruzan el Atlántico para establecerse en Brasil. Al año siguiente, el 9 de agosto de 1912, la Madre Cándida muere en Salamanca. Fue beatificada el 12 de Mayo de 1996 por Juan Pablo II y ayer elevada a los altares y al culto universal por Benedicto XVI.
El milagro El milagro que le ha llevado a la santificación fue la curación inexplicable para la medicina de la monja jesuitina Carmen del Val Rodríguez, que padecía un mal incurable. La monja estuvo ayer en la canonización.
Benedicto XVI resaltó de la monja vasca su origen sencillo y su determinación de "vivir sólo para Dios. "Donde no hay lugar para los pobres, tampoco lo hay para mí, decía la nueva santa, que con escasos medios contagió a otras monjas para seguir a Jesús y dedicarse a la promoción de la educación y promoción de la mujer", resaltó el Papa en la ceremonia de canonización.
El Pontífice pidió durante su intervención que los nuevos santos sirvan de modelo al pueblo cristiano y sobre todo "a los jóvenes", para que "acojan la llamada del Señor" y entreguen "por completo su vida para proclamar la grandeza de su Amor".
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