Los últimos ocho años han trabajado codo con codo en el Ayuntamiento de Berango. Sin embargo, ha llegado el momento de separar sus caminos. Itziar Aginagalde ha tomado el testigo de Anabel Landa, –alcaldesa durante los últimos cuatro mandatos–, como cabeza de lista del PNV para las elecciones del próximo día 28. Un relevo generacional entre dos alderdikides y amigas que se conocieron hace una década. “No me creo que hayan pasado ya diez años”, reconoce Itziar, que durante los últimos ocho años ha formado parte del equipo de Landa y, más concretamente, los últimos cuatro su relación se ha estrechado al ostentar el cargo de teniente de alcaldesa. “Ha sido una experiencia de aprendizaje constante”, apunta Itziar, que se ha convertido en un apoyo fundamental para Landa. La regidora considera que “Itziar es una persona con la que es muy fácil trabajar porque escucha y reflexiona, y además facilita el trabajo en equipo”.

Landa vive su primera campaña electoral fuera de la primera línea de la política municipal después de 16 años al frente del Consistorio. Por eso tiene “una sensación extraña” en el cuerpo estos días en los que se suceden los mítines. Todavía no ha cambiado del todo el chip porque “el Ayuntamiento tiene que seguir funcionando”, pero ya vislumbra ese día en el que abandonará el Consistorio, a mediados de junio. “Me va a costar desconectar y, sobre todo, separarme del personal municipal. Creo que hemos sido capaces de crear un vínculo de trabajo en equipo”, apunta. También le va a resultar duro alejarse de sus vecinos y vecinas, que en los últimos comicios le respaldaron ampliamente con la mayoría absoluta. “Fue uno de los momentos de los que tengo mejor recuerdo”, destaca. Igualmente guarda con cariño “las experiencias vividas con los grupos culturales y deportivos; el momento de la obtención del Palacio Icaza o la celebración del primer sorteo de vivienda protegida”. Ahora que es momento de echar la vista atrás, se siente “con la conciencia tranquila” porque su puerta “siempre ha estado abierta a todos del vecinos del pueblo” aunque no haya “podido solucionar todos sus problemas”.

No obstante, reconoce que alejarse de la Alcaldía le permitirá recuperar cierta calma en su vida e ir a otro ritmo después de una intensa etapa profesional. “La Alcaldía son 24 horas durante los siete días de la semana. Además es un trabajo que es como una montaña rusa, hay muchos sobresaltos”, indica. A este respecto, afirma que ostentar el máximo cargo de responsabilidad en un municipio, en ocasiones, genera “un sentimiento de soledad”. Una situación que Itziar ha visto de cerca. “Me ha enseñado a escuchar a los demás, a llegar a acuerdos, a no precipitarme en la toma de decisiones y a estar sola”, asegura.

Precisamente, la toma de decisiones no es una tarea sencilla, pero es algo imprescindible para ejercer bien el cargo, a juicio de Landa. Por eso no duda en dar un pequeño consejo a Itziar: “Lo más importante es que mantenga la ilusión que tiene y que tome decisiones, porque al fin y al cabo, cuatro años pasan rápido. Tiene que actuar siempre con responsabilidad y ser consciente de que la decisión que tome no va a gustar a todo el mundo”. Una situación para la que Itziar se siente preparada. “Es un gran reto, una gran responsabilidad. Hasta ahora he estado muy bien arropada. Después del 28 de mayo, si soy la próxima alcaldesa, me habrá llegado el momento de tomar decisiones. Acertaré y me equivocaré, como cualquier persona, y asumiré las consecuencias”, reconoce. Contar con el apoyo y experiencia de Anabel le permite tener mucho terreno avanzado. “¿Si me da consejos? ¡Muchos! Me muestra su punto de vista ante cualquier situación y siempre termina diciendo: pero Itzi ... tú verás ¿eh?”.

Por último, reconoce que suplir a Anabel resulta complicado, pero asume con ganas el desafío. “Soy consciente que Anabel es confianza y compromiso con Berango. El mayor temor que tengo es no estar a su altura, porque deja el pabellón muy alto”, concluye.