Cuando EA se debate a vida o muerte por mantener la unidad en torno a sus siglas, todo indica que la disputa se ha internado en un punto de no retorno. Ayer, y en el transcurso de la primera jornada de su XIII congreso en Gasteiz, los dos bandos enfrentados no hicieron más que ensanchar la profunda brecha que los separa al protagonizar dos cónclaves separados. Cada uno defendió su postura: mientras los oficialistas mantuvieron su hoja de ruta, los críticos denunciaron que les fue prohibido el acceso al Palacio Europa y realizaron una asamblea alternativa en el Alkartetxe gasteiztarra. La sangre llega al río y el futuro de Eusko Alkartasuna se ve más negro que nunca.“La mayoría de compromisarios, 132 de 249, estamos participando con toda normalidad en el Congreso, debatiendo las ponencias políticas y estatutarias”, aseguraron desde el bando oficialista, que hoy postula a Eba Blanco a la Secretaría General. “La ponencia política ha sido respaldada con 131 votos a favor y 2 abstenciones, de 249 compromisarios. La ponencia estatutaria ha sido respaldada con 132 votos a favor y 1 abstención de 249 compromisarias”, dijeron. El acuerdo adoptado también alcanza a las primarias, que ya no serán necesarias para elegir a los futuros líderes. La postura de los garaikoetxeistas es diametralmente opuesta. Plantean “redemocratizar” la formación sacándola del “pozo negro en el que lo han sumido”, como manifestó Ramírez, su principal cara visible. En el trasfondo de la disputa subyace el método de encaje del partido en EH Bildu.

“Las desavenencias políticas se solventan en estos órganos, discutiendo, debatiendo y rebatiendo; así se solucionan los problemas y los conflictos, y así lo entendemos la militancia”, agregó la nota emitida desde el sector oficial, que lamentó que “quizás a quienes vierten públicamente dudas sobre los derechos de la afiliación se les olvida que Iparralde siempre ha tenido el derecho a 20 compromisarios, como el resto de herrialdes”. Lo señalaron en clara alusión a la nueva denuncia del bando crítico. “O quizás se les olvida que Iparralde es parte esencial de nuestro país; de hecho, el modo de entender la política en Iparralde es ejemplar para EA, pues una parte de nuestro partido, el que precisamente rehúye la confrontación política y el debate, adolece de amarillismo político para garantizar sus intereses personales”, dijeron.

“Se equivoca quien piensa que no participando resta legitimidad a este congreso; al contrario, son quienes rechazan el debate quienes pierden toda legitimidad democrática, pues muestran que no son capaces de aceptar la voluntad de la mayoría”, dicen.

Los oficialistas, que a buen seguro se hacen hoy con el control de EA ya que se ha presentado una única candidatura para cada órgano -Comisión de Garantías, Consejo Nacional, Ejecutiva Nacional y Secretaría General- ahondaron en que “no se ha aprobado la propuesta de hacer de la relación de EA y EH Bildu -el foco primigenio del conflicto- una mera coalición electoral”. El bando oficial aseguró que “no pueden achacarnos que no hayan podido participar: las normas de participación eran sabidas y conocidas por todos: participación telemática”.

los críticos

Por su parte, los críticos denunciaron la celebración telemática del Congreso (que se impidiera, por tanto, acceder a sus cien compromisarios) y que se excluyera su candidatura de la elección de la Mesa del Congreso por defectos de forma y relacionados con los avales. Este sector defendía una enmienda que planteaba un mayor peso de EA en EH Bildu, que sería una “mera coalición electoral”. El rostro visible de esta corriente, Maiorga Ramírez, y varios críticos más serán expulsados el lunes.