- Los socialistas vascos reconocen que el Estado autonómico tiene achaques y debe pasar una revisión médica. La ponencia de su IX Congreso admite que el modelo tiene "déficits" y necesita una clarificación competencial, un "sistema de cooperación consolidada técnica y políticamente" con las comunidades autónomas. Si el PSE admite estos problemas, ¿dónde radica su discrepancia con el debate sobre el nuevo estatus de autogobierno, o con la urgencia de retomarlo en el Parlamento Vasco? Esta pregunta se la formulan el PNV y el lehendakari Urkullu. Ahí reside la clave del cruce de reproches entre ambos partidos que ha estallado esta semana. Ayer mismo, la vicelehendakari segunda y líder del PSE, Idoia Mendia, negó que su partido tenga una posición inmovilista y deslizó que es el PNV el que tiene "miedo" y no se atreve a llevar su propuesta adelante porque "duda de tener apoyos".

Pese a la expectación que genera cualquier disputa entre dos partidos que son socios, era algo que ya tenían previsto y, precisamente, dejaron esta cuestión al margen de su pacto de gobierno porque eran conscientes de sus diferencias ideológicas. Así garantizan la estabilidad del Gobierno vasco. Pero eso no oculta la frustración que ha provocado en el PNV y en el propio lehendakari el portazo tan sonoro que han dado los socialistas a la última propuesta de Urkullu, una relación bilateral con el Estado para evitar la erosión del autogobierno, con un anclaje en la foralidad y la propia Constitución española.

En el pleno de política general del jueves, Urkullu recordó que la Constitución tumba en su disposición derogatoria segunda las leyes de 1839 y 1876, lo que en principio debería dar un enganche para volver a un escenario previo a la abolición foral y recuperar espacios de soberanía. Hoy en día, solo queda como vestigio el Concierto Económico, un ámbito de bilateralidad con el Estado. Esgrimió el libro La erosión silenciosa, presentado por la consejera Olatz Garamendi, para exigir una relación bilateral, porque no se ha cumplido el autogobierno pactado, y se han aprobado leyes básicas desde el Estado y sentencias del Tribunal Constitucional que lo vacían de contenido.

La bola de nieve comenzó a rodar con la dura intervención del socialista Eneko Andueza. En esta disputa se pueden entremezclar razones que tienen que ver con la coyuntura política de los socialistas vascos, porque el propio Andueza suena como potencial relevo de Mendia al frente de la secretaría general. Andueza retó a Egibar a concretar desde el estrado si el PNV plantea la independencia. Aun así, al mismo tiempo reconoció que se han producido erosiones del autogobierno. Pero culpó de ello al Gobierno español del expresidente Rajoy, es decir, al PP. Nada dijo del PSOE. También admitió que sería necesario poner fin a la judicialización de las leyes por conflictos competenciales. Pero despreció el libro de Garamendi, donde vio carga ideológica.

En la Ponencia de Autogobierno, el PSE ha defendido que no es posible establecer una relación bilateral con el Estado sin una reforma previa de la Constitución española. Es decir, habría que pasar primero por el Congreso para que fije el marco general. Pero el PSOE ha dicho por activa y por pasiva que las mayorías actuales no lo permiten. Es una vía muerta. Sin esa reforma, los socialistas vascos plantean ajustes de menor amplitud o reforzar los mecanismos de cooperación. El PNV no ve necesaria la reforma porque la propia Constitución reconoce los derechos históricos, la percha para actualizar el autogobierno. Plantea el cauce legal que ya existe: pacto entre vascos, aprobar un texto en el Parlamento, e ir a Madrid, no al revés. El problema para el PSOE es que puede generar un choque de legitimidades o añadirle presión.

Los jeltzales creen que subyace un problema de dependencia del PSE con respecto al PSOE. Su presidente, Andoni Ortuzar, se declaró frustrado por la "debilidad y falta de personalidad" del PSE, y dejó caer que habrá que hablar con Madrid. En el homenaje a Mikel Unzalu en Zarautz, Mendia respondió ayer que el PSE no tiene "miedo" al autogobierno: "Nos han matado y perseguido durante cuatro décadas por hacerlo valer. Pero sí tenemos una propuesta para mejorarlo, para modernizarlo, para que quepamos más". "Miedo tendrá quien defiende una posición, pero no se atreve a llevarla adelante. Porque duda de tener apoyos. Y porque sabe que, de hacerlo, volverá un capítulo de su historia del que prefieren no acordarse", lanzó. El PNV anunció hace meses que el siguiente paso será activar una ronda discreta en otoño para explorar si hay margen para reactivar el debate. Tampoco ve a EH Bildu dispuesta a acordar.

Mendia defendió una vía "legal y útil". Puso de ejemplo a Indalecio Prieto y el lehendakari Aguirre, y a referentes de 1979 como el jeltzale Xabier Arzalluz, Carlos Garaikoetxea, Ramón Rubial y Txiki Benegas. El PNV recuerda que tiene un pacto de investidura con Sánchez para acometer las reformas legales necesarias y reconocer las identidades, además de que el presidente ha activado la mesa catalana. El lehendakari vio el viernes una actitud "acomodaticia".

"¿Miedo? Nos han matado y perseguido durante cuatro décadas por hacer valer el autogobierno"

Líder del PSE y vicelehendakari segunda