IETE de diciembre de 1937. El Gobierno vasco remitió una carta a Francisco Belausteguigoitia Landaluce con el objeto de que algún allegado a este solicitara en la sede central de la Metro Goldwyn Mayer (MGM) unas grabaciones que un operador había rodado en el bando franquista para la compañía estadounidense. Esa misiva a la que ha podido acceder DEIA podría ser obra del lehendakari Aguirre y se conserva en el archivo de quien llegaría a ser vicelehendakari entre 1960 y 1963 Javier Landaburu como documento inédito hasta hoy.

El Gobierno de Euzkadi redactó la epístola en París y tenía como destino la Avenida Juárez de Ciudad de México donde residía Belausteguigoitia, delegado del Ejecutivo vasco en la capital azteca, así como médico y exfutbolista del Athletic que en los años 20 se mudó al país americano y que falleció en 1981, hace 40 años. A personas como él se debe que se lograra reunir el capital necesario para adquirir la sede de la capital francesa que Franco acabaría haciéndola suya y hoy es el Instituto Cervantes. El PNV continúa con su lucha para que sea devuelto el inmueble.

La carta da a conocer que la compañía de producción y distribución de películas más famosa del momento en todo el mundo, la Metro Goldwyn Mayer, tuvo un “operador en la zona facciosa”. Desde el Gobierno vasco se muestran en un principio sorprendidos ante esta circunstancia porque la firma ya había “obtenido algunas cintas cinematográficas que nos han favorecido”. Es decir, la firma americana tenía a profesionales como enviados de guerra en cada bando.

La misiva informa de que el operador de cámara norteamericano cuenta con “muchas vistas” del frente en Euskadi, la entrada en Bilbao y enfatizan “un reportaje muy de tallado de Guernica destruida”. Todo ello, según la delegación parisina tenía un claro objetivo propagandístico: “Esto lo sacaron los facciosos con vistas a querer demostrar que Gernika había sido destruida por nosotros, pero como la cosa, aún a través de la pantalla estaba tan clara, han desistido en darlo a la publicidad en vista de que nos favorecía”, argumentaban e iban más allá: “Como usted puede figurarse, nos interesa mucho tener en nuestro poder este material”.

Al parecer, el Gobierno vasco tuvo noticia de todo esto tras entablar conversaciones con la MGM en su sede de París. “Sabemos por ellos que todo esto existe archivado en la casa central de los Estados Unidos”, resaltan. Al mismo tiempo, detallan que la compañía accederá a vender los fragmentos que necesitaran siempre y cuando una persona “se acerque por allí”, por su sede central de Nueva York.

Es en ese momento, cuando la Delegación de Gobierno vasca solicita a Belausteguigoitia que “si entre sus amistades de Nueva York se encuentra alguna persona que pudiera hacernos este favor...” de presentarse en la Metro Goldwyn Mayer, fundada en abril de 1924 y comprada a día de hoy por el gigante Amazon, de Seattle.

El Gobierno vasco, en su carta de una sola página, matiza a Belausteguigoitia que está interesado en comprar “sobre todo, vistas de Guernica, entrada en Bilbao y en algunos pueblos de Vizcaya, etc. La entrada en Bilbao es muy interesante pues favorece nuestra causa”, valoraban, antes de comunicarle un detalle técnico al respecto: “Habría que obtener de la casa una copia Malva-Lovender, de la que poder obtener negativos”, y que “las ventas se verifican a un tanto el metro”.

Fuentes consultadas por este diario informan de que en los últimos años se tiene referencia de imágenes de vídeo en color de Gernika destruida. Sin embargo, sostienen que “no deben ser” grabadas por la Metro Goldwyn Mayer porque en los créditos de los documentales que se conocen no se informa de ello. Se informa de otras procedencias y archivos, pero no de la compañía. Estos investigadores sí son conocedores de que, al menos, un operador de cámara americano, “fascista” -califica uno de ellos-, estuvo en Euskadi.

La carta que hoy se reproduce aquí por primera vez deja constancia de la información obtenida por presidencia del Gobierno vasco en París, ciudad en la que la MGM confirmó que uno de sus trabajadores estuvo grabando película en el bando que a la postre fue franquista, archivos que estaban en la meca del cine, más concretamente en Nueva York.

La compañía de producción y distribución de películas más famosa del momento tuvo un operador en la ‘zona facciosa’ de la contienda

Investigadores de la Guerra Civil son conocedores de que al menos un operador de cámara americano filmó imágenes en Euskadi