Quienes conocen al ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, destacan su capacidad de trabajo y su perfil técnico, pero también un reverso problemático: se le escapan las variables políticas, la necesidad de cuidar a los socios o valorar lo que supone para el PSOE defender de manera inequívoca el autogobierno. Plantea al Gobierno vasco que la comunidad autónoma solo gestione en las primeras fases las solicitudes de los ciudadanos que quieren cobrar el Ingreso Mínimo Vital,Plantea al Gobierno vasco que la comunidad autónoma solo gestione en las primeras fases las solicitudes de los ciudadanos que quieren cobrar el Ingreso Mínimo Vital y que sea la Seguridad Social quien autorice y gestione los pagos. Y su posición está quedando cada vez más debilitada: contradice el compromiso político del ministro Iceta con el traspaso completo, el Gobierno vasco en pleno rechaza la propuesta que envió el viernes; y, desde las propias filas del PSOE, la vicelehendakari segunda y líder del PSE, Idoia Mendia, pasó ayer miércoles de las gestiones en privado a aclarar de viva voz que su documento es inasumible y el traspaso debe ser "integral". Al mismo tiempo, el PNV, socio de Sánchez, apostó por completar la legislatura, pero pidió al presidente que intervenga para solucionar las "disfunciones" en algunos ministerios, en cuestiones como el IMV, el Tren de Alta Velocidad o la concertación de cinco impuestos, y en temas que no forman parte del acuerdo y donde echa en falta certezas.

Incluso el sindicato CCOO terció en el IMV para pedir a Escrivá que reconsidere su posición. La presión en contra de la oferta centralista del ministro crece, y solo él defiende la encomienda de gestión (Lanbide tiene que remitir todos los datos a la Seguridad Social), en lugar de realizar una transferencia como tal. El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, preguntó al presidente en la sesión de control sobre sus planes en 2021 y 2022, y avisó de que "hay que ir concretando la política de las cosas". El jeltzale aclaró que está bien alzar la vista hacia 2050, pero también hay que mirar al suelo para que los "guijarros" no echen a perder los planes.

Apostó por completar la legislatura, pero desgranó cuestiones como el traspaso del IMV pactado con él mismo y ahora matizado, el soterramiento del Tren de Alta Velocidad en Gasteiz que pone en duda el delegado del Gobierno español, la concertación de cinco impuestos, o la ejecución de los 50 millones para máquina herramienta. Afeó las disfunciones en los ministerios de Transportes y Transición Ecológica. Además, pidió claridad con los fondos europeos, reformas clave en materia territorial para Catalunya y Euskadi, o sobre las pensiones y en materia laboral. Confió en que Sánchez no comparta las dudas de Denis Itxaso sobre el TAV porque "rompería el acuerdo", y apretó a Moncloa, que se escuda en que la pandemia ha cambiado el orden de las prioridades, pero que ahora tiene el camino más despejado para reiniciar su mandato.

Sánchez dijo que quedan "muchos meses" por delante y, en materia de transferencias, se parapetó en que ha materializado algunas "sustanciosas" como la de prisiones y queda tiempo para seguir materializando otras. El traspaso del Ingreso Mínimo Vital tendría que haber llegado por ley el 31 de octubre de 2020. El presidente defendió su apuesta por la "cogobernanza" y su agenda "progresista".

Idoia Mendia y CCOO

Desde el Ejecutivo vasco, la consejera de Autogobierno, Olatz Garamendi, avisó el martes de que nunca aceptará "mercancía averiada". La vicelehendakari segunda y líder del PSE, Idoia Mendia, comparte ese mensaje, que ha defendido siempre en su diálogo con Escrivá. La situación podía ser delicada para los socialistas vascos porque el Gobierno español dirigido por el propio PSOE cuestiona el contenido del traspaso y el PSE podía trasladar una imagen de dependencia. Pero Mendia no dudó en dejar claro ayer miércoles en público que no comparte la propuesta, un discurso con el que marca perfil ante Escrivá. Refuerza la demanda del Gobierno de Urkullu ante quien pudiera escudarse en el pretexto manido de que todo se debe a una interpretación laxa del nacionalismo vasco para arañar más de lo que permite la ley. Para el PSE, está en juego una cuestión de operatividad en la prestación de las ayudas sociales y que la gestión del IMV, que debe integrarse en el sistema de la RGI vasca, no se convierta en un desastre de ventanilla a ventanilla entre Lanbide y Seguridad Social.

Mendia dijo en Euskadi Irratia que, tras la propuesta del Ministerio de la Seguridad Social, "es el momento de negociar". Su reivindicación no tiene solo que ver con el concepto del autogobierno, sino con prestar un servicio eficaz a los ciudadanos que reclaman esa ayuda social. Opinó que la propuesta de Escrivá debe tomarse solo "como un punto de partida" y que los dos ejecutivos deben seguir trabajando hasta que Euskadi tenga "la competencia plena". "Nuestro sistema de garantía tiene treinta años. Es muy conocido y completo, y debemos introducir el IMV, para no crear dudas y molestias entre los ciudadanos. Es decir, para gestionar mejor el servicio que damos a los ciudadanos, y para eso necesitamos la transferencia plena", aclaró la consejera de Trabajo y Empleo. Recalcó que PNV y PSE están "juntos en esto" desde el primer momento.

En CCOO Euskadi, Loli García pidió a Escrivá que aborde el traspaso "de otra forma" y con "voluntad" de negociar, según dijo en Radio Euskadi. Escrivá volvió a encender algunos ánimos al lanzar, frente a quienes ven un colapso al tramitar las solicitudes en todo el Estado, que el IMV ha hecho más que las comunidades en veinte años, según dijo en Onda Cero.

El lehendakari ya pidió en su carta sobre el estado de alarma a Sánchez que impulsara el IMV y no tiene pensado hacer otro movimiento mientras se mantenga el diálogo entre ministerios y consejerías. En círculos jeltzales no aceptan el plazo de octubre que insinúa el socialismo y sospechan de la intención de Sánchez de utilizar el traspaso para negociar el techo de gasto. El portavoz Bingen Zupiria denunció en Onda Vasca las resistencias históricas con "todo" en los traspasos.