Tras las comparecencias de los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy el pasado miércoles, ayer jueves otros dos de los rostros más conocidos del aznarismo testificaron ante la Audiencia Nacional en el juicio por la caja B del PP. Fueron los exministros Rodrigo Rato y Federico Trillo, que cerraron la ronda de esta semana y siguieron los pasos de Aznar y Rajoy, negando su implicación o conocimiento de la contabilidad ilegal de la formación, y acusando al extesorero Luis Bárcenas de mentir. “Los papeles de Bárcenas son falsos”, coincidieron ambos exdirigentes populares, que rechazaron haber cobrado algún sobresueldo o complemento salarial en negro.

“Desconozco esas anotaciones, su origen, no tienen nada que ver conmigo, no sé lo que representan”, afirmó por videoconferencia Rodrigo Rato, primer testigo de la undécima sesión de la vista oral de la Audiencia, que basó su declaración en la completa ignorancia de los hechos que se juzgan, a pesar de que admitió tener una relación “cordial” con Bárcenas.

Rato, que en octubre de 2020 salió de la cárcel tras obtener el tercer grado en la condena de cuatro años medio por las tarjetas black, dijo asimismo no tener “ninguna explicación” sobre los apuntes del extesorero, en los que figuran pagos semestrales a Rodrigo R. entre los años 1997 y 2004. Preguntado por si recibió algún complemento a su sueldo durante la etapa en la que fue miembro del Ejecutivo, el exvicepresidente lo negó y subrayó que no “entiende” por qué aparece su nombre, ya que “no responde a ninguna relación económica” que pudiera tener. “En lo que a mí se refieren, los apuntes son falsos”, concluyó.

Por su parte, el exministro de Defensa Federico Trillo optó por una línea argumental similar y dijo que no se reconoce bajo la anotación “Federico” que figura en los papeles de Bárcenas, ya que “nadie” le llama así, sino Fede. “No reconozco ni mi persona ni, no ya pagos, sino cobros que yo haya recibido”, aseguró.

Preguntado también por si estas cantidades anotadas por Bárcenas tienen alguna relación con una posible compensación por la pérdida retributiva al dejar la presidencia del Congreso en el año 2000 para convertirse en ministro, Trillo insistió en que ni entiende las anotaciones, ni ve “ninguna relación”.