La Ejecutiva nacional de Ciudadanos se celebró el lunes a vida o muerte, en el momento más delicado de la historia del partido y con el objetivo de evitar su desintegración tras los acontecimientos de la semana pasada: La moción de censura previsiblemente frustrada en Murcia y la posterior destitución de los consejeros naranjas en la Comunidad de Madrid y la convocatoria de elecciones por parte de la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso. Dos hechos traumáticos que hicieron que esta formación pierda el poder en dos de las cuatro comunidades donde gobernaba con el PP, lo que provocó un aluvión de críticas en el seno de C’s hacia su presidenta, Inés Arrimadas. Esta ha tratado de capear el temporal llamando a apretar las filas y ampliando el Comité Permanente del partido de siete a 16 miembros, integrando así a los críticos con su gestión.

El ambiente estaba de lo más caldeado de cara a la Ejecutiva nacional, que se celebró en medio de una gran expectación tras el malestar expresado por el coordinador en la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, o la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, que llamaron a asumir responsabilidades. Otra de las vías de agua en C’s ha sido el éxodo de cargos a las filas del PP después del llamamiento que realizó el partido de Pablo Casado abriéndoles las puertas, de nuevo como consecuencia de la moción de censura en Murcia.

Entre los cambios está Edmundo Bal como nuevo portavoz de C’s y la entrada en la Permanente de Juan Marín, Begoña Villacís e Ignacio Aguado, entre otros. Al término del cónclave, Arrimadas admitió que “y tanto que hemos cometido errores”. “Somos muy buenos socios, pero muy malos cómplices”, añadió.

La iniciativa de Arrimadas de ampliar el Comité Permanente con nueve miembros más no logró frenar del todo la sangría y el propio Toni Cantó, que fue propuesto para formar parte de dicho Comité, abandonó la reunión del lunes de forma precipitada y anunció ante los medios de comunicación presentes que deja sus cargos en el partido, renuncia a su acta de diputado y abandona la política.

Presa de la emoción y al borde de las lágrimas, criticó que Arrimadas y el resto de la dirección, a los que exigió su dimisión, “no han asumido sus responsabilidades”. “Estoy cabreado y triste: Arrimadas ha elegido proteger a la Ejecutiva en vez de al partido”, dijo. Explicó que pidió retirar “la ridícula moción de Murcia” y que C’s fuera con el PP en coalición a las elecciones de la Comunidad de Madrid porque “el centro derecha no puede perderla”. Añadió que Ignacio Aguado no podía ser el candidato en Madrid y alabó a Albert Rivera por dimitir tras el desastre de las elecciones generales del 10-N. “Solo me planteo ahora llamar a mi representante para empezar a trabajar de lo mío dentro de poco”, concluyó, en referencia a su carrera como actor. La de Cantó no ha sido la única espantada en el seno de C’s y así seis exdirigentes en Araba, entre ellos el que fuera secretario de Organización naranja en Euskadi, Javier Gómez, se han afiliado al PP vasco, proceso que se formalizó la pasada semana.

Paso atrás Las miradas también estaban puestas ayer en el vicesecretario general primero de C’s, Carlos Cuadrado, y el vicesecretario general adjunto, José María Espejo, que comunicaron su decisión de “dar un paso al lado” del núcleo duro de la presidenta, Inés Arrimadas, aunque seguirán en la Ejecutiva Permanente. Muchos dirigentes del partido habían pedido que ambos asumieran alguna responsabilidad por la fallida moción de censura en Murcia, críticas que se iniciaron tras la debacle del partido en las pasadas elecciones catalanas del 14-F.