Podemos cree que no termina de sacar brillo a su presencia en el Gobierno español con los socialistas de Pedro Sánchez. Y su estrategia a corto plazo con vistas a las elecciones catalanas, su deseo de marcar perfil y presentarse como el pegamento que es capaz de aglutinar a una mayoría de izquierdas en todas las instituciones del Estado, está provocando un serio enfrentamiento político y contradicciones en su discurso. En el caso vasco, la tensión se puede cortar con un cuchillo: apuesta por aislar al PNV, que gobierna en coalición con el PSE en las principales instituciones. Podemos insinúa que su gobierno no es tan democrático porque ve una mayoría social de izquierdas, a pesar de los 350.000 votos que respaldan a los jeltzales como fuerza mayoritaria, y el lunes anunció que pretende hablar de los Presupuestos autonómicos del año 2021 con el PSE. No citó en ningún momento al PNV, el socio mayoritario dentro de ese gobierno y responsable de la consejería de Hacienda que dirige Pedro Azpiazu. Parece un intento de romper las reglas de la coalición, marginar a los jeltzales o dialogar de espaldas a ellos en una negociación bilateral con los socialistas. Un dardo contra los jeltzales, pero también contra los socialistas, para tratar de escenificar que Podemos es el centro de la nueva izquierda. PNV y PSE ponen pie en pared ante este intento.

La coordinadora general de Podemos Ahal Dugu, Pilar Garrido, hizo el anuncio tras la reunión de la ejecutiva. A su juicio, tras negociar los Presupuestos estatales, "toca hacer lo mismo" en Euskadi y "trabajar" con los socialistas y "el resto de fuerzas de izquierdas" para lograr unas Cuentas autonómicas más sociales. Dijo que el PSE y Podemos, con la ayuda "de otras formaciones como EH Bildu", han logrado que los vascos se beneficien de "800 millones y un escudo social más fuerte". "Ahora toca iniciar una relación más cercana, colaborativa y productiva con el PSE", opinó. Puso en valor el acuerdo entre el PSE y Podemos en Irun. Aunque es percibido como una excepción, lo utiliza para buscar la centralidad política en Euskadi tras su desplome electoral.

pnv y pse

Fuentes socialistas consultadas por DEIA tanto dentro del partido como en el Ejecutivo dicen que están dispuestos a escuchar y ampliar el colchón que ya tiene el Ejecutivo vasco con su mayoría absoluta, pero aclaran a Podemos que las negociaciones las lleva el Gobierno. Ponen en valor su apuesta por la estabilidad y la continuidad del pacto con el PNV en los próximos cuatro años, y reivindican que es posible hacer políticas progresistas con esta fórmula, como la Renta de Garantía de Ingresos.

El señuelo de los Presupuestos coloca al PSE en una situación imposible: le plantea marginar al PNV, hacer exactamente lo mismo que ha padecido el presidente socialista Pedro Sánchez en el Estado con el desplante de su socio Pablo Iglesias, el líder de Podemos, quien pactó por su cuenta una enmienda antidesahucios con ERC y EH Bildu. La líder del PSE y vicelehendakari segunda, Idoia Mendia, dijo entonces que Podemos no sabe ser gobierno, y cree que se mueve en el regate a corto plazo. Además, en el PSE no parecen inclinarse hacia los juegos de trileros tras el acuerdo municipal en Irun entre Podemos y el PSE. Los socialistas ponen en valor que existe un Gobierno vasco con mayoría absoluta y que en el PSE se ven capaces de condicionar sus políticas hacia ópticas progresistas. A su favor cuenta que por primera vez han rentabilizado su presencia en el Ejecutivo: en las últimas elecciones, han aumentado su número de escaños, mientras que Elkarrekin Podemos ha caído casi a la mitad tras una campaña centrada en la alianza de izquierdas con PSE y EH Bildu.

El miércoles mismo, el PSE va a analizar el marco presupuestario vasco. Desde el entorno de Mendia, recalcan que "todos los pactos de país pasan por el PSE" y que, en esta ocasión, el acuerdo de gobierno con el PNV está muy hilado y trabajado en dirección a unos Presupuestos sociales. Recuerdan que el propio Azpiazu avanzó en la presentación de las directrices que sería un proyecto valiente, sin recortes sociales. Se calcula que se situará por primera vez por encima de los 12.000 millones, y será aprobado en Consejo de Gobierno el día 15.

El PNV, por su parte, ve "infantil y patético" tratar de condicionar las Cuentas sin los jeltzales, que tienen la legitimidad de los votos ciudadanos, como fuerza mayoritaria (31 escaños y 350.000 votos), para decidir el destino de millones de euros en el proyecto. Podemos (6 asientos y 72.000 sufragios), sin el PNV, no podría cambiar "ni una coma". La presidenta de la ejecutiva vizcaina, Itxaso Atutxa, dijo a Onda Vasca que las declaraciones de Garrido en El Diario Vasco, donde aseguraba que "lo democrático" sería un gobierno de izquierdas, son "terribles" porque es profesora de Derecho Constitucional y obvia los 400.000 votos del PNV en los últimos ciclos electorales. También preguntó a Isabel Salud, de Ezker Anitza, si los votos del PNV le parecen "casposos" cuando se trata de hacer vicepresidente a Iglesias. Desde la Ejecutiva del PNV ven "trágico y cómico a la vez" que Garrido lidere un partido y tome "por tontos" a los vascos obviando los votos jeltzales.

Nadie sabe exactamente qué ha sucedido con Podemos, pero algunas fuentes ven una vendettaque logró el PNV en la negociación con el Gobierno español, y también una estrategia a corto plazo, de tinte electoral, para presentarse como adalid de los gobiernos de izquierda y aislar a los jeltzales. Como si el PNV y la izquierda fueran el agua y el aceite, imposibles de mezclar, lo que contradice toda la práctica política real de Podemos.

Los votos jeltzales fueron necesarios para convertir en vicepresidente del Gobierno español al líder de Podemos, Pablo Iglesias; el PNV también es clave para aprobar las Cuentas estatales, forma asimismo parte del Gobierno navarro dentro de Geroa Bai y comparte acuerdo con Podemos y los socialistas, y durante la pasada legislatura en la CAV se produjo un acuerdo con la anterior dirección de Podemos Euskadi, liderada por Lander Martínez, para lograr mejoras en la RGI y las haurreskolak en los Presupuestos. El propio Iglesias había dicho que la RGI vasca era un modelo para el Ingreso Mínimo Vital, y que el PNV es un partido sensato.

El terremoto que quiere desatar Podemos en la política de alianzas se va a dejar sentir muy poco, de manera controlada, en la comunidad autónoma vasca, con Irun como único epicentro. Los socialistas no se han dejado llevar por ese acuerdo. Lo ven como una excepción al pacto global que mantienen con el PNV por la especial rivalidad y la mala relación personal en el municipio. La formación morada sí lo ve como un laboratorio de prácticas para ensayar el desalojo generalizado del PNV. El escenario puede interesar a EH Bildu, para arrebatar la hegemonía a los jeltzales.

cuatro años

La creencia generalizada en el PNV y el PSE es que estos cuatro años van a discurrir de manera normalizada. Tampoco existe una alternativa clara: los socialistas no sumarían mayoría absoluta con EH Bildu y Elkarrekin Podemos, y quedarían abocados a un escenario de ingobernabilidad. Lo mismo le sucedería al PNV con PP+C's. Quedaría Vox como bisagra para conseguir el escaño 38, pero nadie quiere su respaldo. En el Ejecutivo vasco tampoco ven ni rastro del supuesto deshielo del popular Carlos Iturgaiz, que sigue mostrándose muy duro con el lehendakari.

A partir de ahí, la principal incógnita sería el futuro tras las elecciones dentro de cuatro años, pero es terreno para la pura especulación. Todo dependerá de si Podemos esquiva su paulatina desaparición, y de la manera en que el PSE rentabilice su papel en el Gobierno y el pacto con el PNV en las tres diputaciones, las capitales y la mayoría de ayuntamientos. Antes que las elecciones vascas, Podemos comprobará si en las catalanas de febrero se repite el desgaste que vivió en la CAV, sumado a su traumática desaparición en Galicia.

"Los votos del PNV no les parecen casposos cuando hacen vicepresidente a Iglesias"

Presidenta del BBB del PNV

"Toca iniciar una relación más cercana, colaborativa y productiva con el PSE"

Coordinadora de Podemos Ahal Dugu