Era una posibilidad que se venía barruntado durante toda la semana, y finalmente se hizo oficial ayer. El Gobierno de Nafarroa, conformado por el PSN, Geroa Bai y Podemos, obtiene el apoyo de EH para sacar adelante los Presupuestos de 2021, con lo que aplana la legislatura a la presidenta María Chivite. El Ejecutivo de Iruñea se felicitó por un acuerdo que permite “asumir responsabilidades, teniendo como guía de actuación responder a las necesidades de la ciudadanía”, pero que, como contraprestación, tuvo un amplio eco en la CAV y el Estado, donde aún pende la aprobación de las Cuentas.

EH Bildu lanza así un salvavidas a Chivite, a imagen y semejanza de lo que podría hacer con el presidente español Pedro Sánchez, al que ya ha anunciado que otorgará sus votos favorables en el Congreso de los Diputados. Lo hicieron, además, apenas unas horas después de que Sánchez visitara Iruñea y asegurando que la maniobra ha salido adelante gracias a “mayorías con clave progresista del parlamento” que, asimismo, permiten “favorecer a los sectores sociales más vulnerables”. La coalición obtendrá contraprestaciones -como un repaso a la fiscalidad, asunto que dejan para cuando concluya la actual crisis por el coronavirus o 1.925.000 euros para enmiendas-, pero sobre todo se marca un tanto. Especialmente ante Navarra Suma, principal partido de la oposición que ayer mostró su profundo malestar con palabras gruesas, y que previamente había lanzado el guante a Chivite. Finalmente, la presidenta vuelve a quedarse con los soberanistas, que la auparon en su momento para encabezar el Ejecutivo de la Comunidad Foral.

El acuerdo presupuestario en Nafarroa tiene sus derivadas en Euskadi, territorio donde la coalición se resiste a alcanzar acuerdos con el gobierno de mayoría entre PNV y PSE. Todo ello cuando no han tenido inconveniente en pactar con sus partidos hermanos -Geroa Bai y PSN- para, por el contrario, negar esa posibilidad en la CAV. El parlamentario Iker Casanova afirmó que la diferencia radica en que en los socialistas de la Comunidad Foral “miran a la izquierda y buscan generar alternativas a la derecha”, mientras que sus homólogos en Euskadi tan solo “apuntalar al PNV, es decir, a la derecha vasca en el Gobierno”. En lo que respecta a Madrid, la razón es que “la gran mayoría de la sociedad vasca quiere que se consolide el gobierno actual, incluso desde un perspectiva muy crítica, como también la tiene EH Bildu”.

Esas explicaciones no dejaron satisfechos al PNV, que sigue mirando con incredulidad cómo EH Bildu llega a acuerdos en Iruñea o Madrid, pero no en Gasteiz. Tanto es así que la parlamentaria María Eugenia Arrizabalaga aseguró “alucinar” con la “contumacia” de la izquierda abertzale con respecto a los jeltzales. De hecho, le resulta “difícil de entender” que EH Bildu “esté entusiasmado por posibilitar aprobar presupuestos aquí y allá, pero mantenga una posición tan empecinada en Euskadi”. Igualmente, Ekain Rico (PSE) enclavó en la “normalidad” los pactos entre socialistas y la coalición, pero emplazó a hacer lo propio en Euskadi. “Me gustaría que se tuviera la misma actitud en el Parlamento vasco ante unos Presupuestos que ya se han anunciado que serán expansivos y sociales”, citó.

El pacto también tuvo sus repercusiones en Madrid, donde el acuerdo despertó al avispero político de la derecha. Fue el caso del PP, cuyo líder Pablo Casado censuró que el la sexta ocasión en la que los intereses del PSOE y EH Bildu convergen durante los últimos años. Esta última, además, “avalada” por Sánchez. “El PSOE ha decidido no elegir el constitucionalismo y ha cogido la manos de los que, también en Navarra, justificaban o no condenaban los asesinatos”. “Esto es, sinceramente, una indignidad moral que tiene que acabar”, remarcó.