Jokin Inza y otros habían dejado parte de su inmensa humanidad en cárceles

Dos estallidos le hicieron madurar más de la cuenta con tan solo 12 años. El primero, la guerra militar causada por un golpe de Estado fallido y que se vendió a la sociedad como civil. La segunda, aún más cruel para él y su familia: fuego amigo acabó con la vida de su madre Paulina. Corría abril de 1937 cuando unos obuses lanzados por los gudaris impactaron en la fábrica de tejidos Algodonera San Antonio de Bergara. La bomba perdida ocasionó diversas muertes y algunas empleadas heridas graves como Paulina que, por desgracia, acabó falleciendo poco después.

Jokin Inza Garmendia apodado ElElgordosiendo un hombre alto, nació en la Casa Torre Zuloaga. Sin ser de su propiedad, en ella vivieron cinco generaciones. Llegada la guerra y con la muerte inesperada de la madre, su padre, de STV, “quedó tocado”, narraba el propio Intza en un testimonio. “Yo a aquella edad no tenía tan clara la conciencia de lo vasco. De adolescente es imposible, aunque solo hablaba euskera”, valoraba el marido de Feli Milikua Artetxe, natural de Durango, fallecida el pasado martes a los 98 años. “En la familia le conocíamos a ella como Felisin, era como su nombre de guerra”, detalla Lázaro Milikua, ex secretario de los ayuntamiento de Garai y Berriz.

Futuro cofundador de la clandestina e histórica Radio Euzkadi en Venezuela, lo fue también de Euzko Gaztedi en 1942. Un año después fue su presidente y en 1945 máximo dirigente de STV. “Para entonces habíamos formado unos comandos parecidos a los del ejército, porque nunca se sospechó que lo de Franco iba a ser tan largo, y pensábamos que en cualquier momento podía haber una acción de guerra otra vez”.

Así en 1946, el diputado laborista Noel Baker visita a la resistencia vasca. “Cuando el inglés se acercaba salimos del lugar donde estábamos escondidos y nos pusimos firmes a la orilla de la carretera. El coche paró y de forma rápida bajó y nos saludó. Con él iba Juan de Ajuriaguerra con otros dos o tres más”.

El PNV había decidido exiliarle cuando se vio en la tesitura de escaparse de casa. Tres policías de Donostia le fueron a detener porque a Manu Robles Aranguiz le habían encontrado un informe que Inza le había entregado, y como ya había sido detenido en 1947 y condenado a tres años en el Consejo de Guerra en el 48, así como detenido en el 51 por lo de la huelga, “no quería que me llevasen otra vez a Martutene”, prisión que estrenó.

El guipuzcoano salió de casa el 17 de junio de 1953. Llegó a como se decía entonces “Euzkadi Continental” (Iparralde) en 1956. Ocho meses pasó en Zaragoza; 14 más en Barcelona, el resto entre Tutera, Bilbao, Logroño y Donostia, y un par de meses en Iruñea. A continuación, destierro en Beauvois, municipio cercano a París, hasta que le“arreglaron los papeles” para ir a Venezuela. “En Toulouse me dieron el carnet de refugiado”.

El PNV siempre confió en él y le encomendó en el país latino recaudar fondos para Euzko Gaztedi del Interior. “Enviamos a Euzkadi, miles de pesetas para presos y operaciones de resistencia, aunque también allí, en Venezuela, se gastaban miles de bolívares en propaganda”, recordaba.

Así, era uno de los que editaba el periódico Gudari“Los distribuimos no sólo en Caracas, sino en toda Euzkadi, y también folletos dirigidos a los jóvenes de la resistencia”. Editaron libros como El Árbol de Gernika, MugarraBegirari, Iltzaileak, y reeditaron Siete meses y siete días en la España de Franco. “También imprimimos sellos con la efigie de Sabino Arana que se vendieron en gran cantidad y monedas de Sabino en plata y oro que también se vendieron muchísimo y no sólo entre los vascos, sino a los venezolanos”, evocaba y pasaba a relatar la creación de Radio Euzkadi. “Estábamos en unos terrenos que nos costó encontrar, a unos 60 kilómetros de Caracas, en plena selva tropical”.

Inza lo consideraba una odisea. “Creo que si conseguir dinero para eso fue tarea ardua, más todavía fue que tantas personas consiguieran mantener en absoluto secreto el paradero de Radio Euzkadi por muchos años. El que nos animó siempre mucho fue Joseba Rezola”. Y vicelehendakari sería más adelante su vecino en DonibaneLohizune.

Fueron 13 años de emisión sin interrupción. “Conseguir dinero para todo esto era muy difícil porque además no podíamos decir en qué lo utilizábamos y asimismo mandábamos dinero para el Interior”. Inza, fiel a sus dogmas, nunca hizo nada sin la aquiescencia del PNV. “Emitíamos hasta cuando hubo el histórico terremoto”, subrayaba. Y al mismo tiempo prepara las quinielas de fútbol del Estado español, “sustancial fuente de ingresos para la Resistencia y planificar todo”.

A juicio de Inza, y también en palabras del propio lehendakari Aguirre, la delegación vasca en París se adquirió con dinero de Venezuela “recolectado en 24 horas”. “Unos vascos a 7.000 kilómetros de distancia, montamos una Radio clandestina, con gente de EGI con sede en La Candelaria”.

En 1960 conoció a Rezola. Le encomendó recaudar dinero para la Resistencia de EuzkoGaztedi (EG) dirigida por el PNV. “Como en el Centro Vasco de Caracas existía la organización juvenil Euzko Gaztedi, se me ocurrió ponerle la I de Interior, no la I de Intza. Recuerdo que en los primeros recibos que comencé a hacer para cobrar ponía Pro Juventud Resistente de Euzkadi”, detallaba.

Por entonces, su esposa Feli viajó a Donibane Lohizune para habitar un apartamento. Consiguió uno anexo a la casa de Rezola. En 1971 llegó a su nuevo hogar en Lapurdi. “Allí empecé otro período de mi vida, y no de los más agradables”.

Debido a su capacidad y bagaje, Ajuriaguerra y Retolaza le propusieron ser el hombre enlace de Rezola con Interior. “Al decirles que yo no podía conducir coches, se me contestó que emplease taxis”. Con el paso del tiempo, el consulado español le permitió regresar a Bergara con todas las seguridades e Inza acabó residiendo en Donostia, con su esposa la también resistente Feli Milikua Artetxe tristemente fallecida esta semana. Él murió en 2008. “De Jokin-evoca Lázaro Milikua- tengo el recuerdo de que a la vuelta del exilio nos visitó juntamente con Felisin, fue la presentación en familia y me impresionó la corpulencia y la sencillez en la conversación con mi padre. No tenían hijos y decía: vaya familia tan extensa que me he encontrado”.

Anasagasti concluye resumiendo el talante de aquel fundador de Radio Euzkadi. “Inza era intuitivo, currela, entregado, mandón, se hacía respetar. ¡Era una fuerza de la naturaleza!”.

Cofundador de la clandestina e histórica Radio Euzkadi en Venezuela, lo fue también de Euzko Gaztedi en 1942