- No es su guerra. El mismo día en que Pedro Sánchez recordaba a los presidentes autonómicos la opción de solicitar un estado de alarma para su territorio, y el PP apretaba con la idea de cambiar la ley para que las comunidades puedan aprobar medidas restrictivas contra el coronavirus, Iñigo Urkullu siguió defendiendo ayer que es posible afrontar esta crisis sanitaria desde las propias capacidades vascas, su autogobierno y la legislación ordinaria. "Sin otras figuras", tal y como recalcó ayer en el tradicional Consejo de Gobierno celebrado en Miramar, el último de su Ejecutivo en funciones antes de la investidura, y el primero tras el paréntesis veraniego. No hay que reinventar la rueda. El lehendakari puso en valor que ya existe coordinación y un diálogo "casi diario" con el Gobierno español, con quien se ponen en común medidas concretas, y añadió que esas conversaciones se mantienen igualmente con las comunidades limítrofes para que esas medidas sean "acordes" con las que activan los gobiernos colindantes y exista una mínima coherencia que asegure la eficacia contra el virus. "Si hay voluntad de coordinación, es posible, sin necesidad de otras figuras", resumió.

Las declaraciones llegaron segundos antes de que el presidente español ofreciera a las comunidades un estado de alarma por territorios. Aunque desde su entorno no quisieron entrar a valorar expresamente las iniciativas, se reafirmaron en la apuesta de Urkullu por la legislación ordinaria y las capacidades de Osakide-tza. De todo ello se desprende que no contempla pedir el estado de alarma.

Las palabras del lehendakari llegaron precisamente en un momento en el que ejerce el mando único de la crisis tras la declaración de la emergencia sanitaria en la comunidad autónoma el pasado día 17. El Gobierno vasco puntualizó en ese momento que el artículo 8 de la Ley vasca de Gestión de Emergencias puede ser la percha necesaria para decretar las medidas más peliagudas, como los toques de queda, en la medida en que faculta al lehendakari a establecer el confinamiento de personas en sus domicilios o lugares seguros, o la evacuación y alejamiento de lugares de peligro. No ocultaban que la situación es complicada y que se pueden generar tensiones en los tribunales con los recursos de los hosteleros contra las limitaciones al ocio nocturno, pero la idea hoy por hoy es gestionar la situación con la cobertura legal ordinaria, exprimiendo todas sus opciones y, sobre todo, sin volver al estado de alarma.

El PNV criticó en su momento el mando único ostentado desde el Estado y pidió a Sánchez que no volviera a aplicar el estado de alarma que recentraliza competencias, y que, si fuera estrictamente necesario, acometiera reformas legales para impedirlo (Sánchez recuerda ahora que con la ley vigente puede haber estado de alarma individualizado y que el presidente autonómico mantenga el mando). El discurso jeltzale siempre ha puesto el acento en que la competencia sanitaria está transferida a las comunidades, y son más ágiles y conocedoras de la situación en sus territorios. En este momento, Urkullu entiende que el paraguas para la actuación vasca, en el caso específico de Euskadi, es la declaración de emergencia que se ha aprobado desde su gabinete.

Las palabras de ayer no fueron en sentido estricto una reacción al anuncio del presidente español, Pedro Sánchez, quien con unos minutos de diferencia ofrecía la opción de decretar el estado de alarma en un territorio en concreto a petición del presidente autonómico en cuestión. Fue en el transcurso de la tarde cuando fuentes de Lehendakaritza se reafirmaron en controlar la pandemia desde las propias capacidades de Osakide-tza, aunque no quisieron valorar expresamente las propuestas de Sánchez. "El Gobierno vasco va a seguir trabajando para controlar la pandemia desde el sistema vasco de salud, en coordinación con el resto de departamentos, adecuando los recursos públicos a utilizar en función de la evolución de la pandemia. Y, tal y como ha dicho el lehendakari, utilizando todos los mecanismos posibles que ofrece la legislación ordinaria", dijeron.

Las mismas fuentes añadieron que Urkullu sí cree necesario un plan de Estado no solo para el turismo, sino también para el tejido productivo y, sobre todo, para la siderurgia, la automoción y el sector aeronáutico. Además, añaden que Urkullu seguirá "colaborando y coordinando su respuesta" con el Estado y las comunidades autónomas "de forma leal".

Urkullu adelantó en la comparecencia tras el Consejo de Gobierno su criterio sobre el debate que está espoleando la derecha española, pero también en cierta medida el juez que tumbó las actuaciones de la Comunidad de Madrid y deslizó que sería necesario el paraguas de un estado de alarma individualizado para restringir movimientos. En ese sentido, desde algunos sectores se pinta una situación de descontrol o se vaticina un escenario en que cada comunidad vaya a lo suyo, pero Urkullu aclaró ayer que la coordinación con el Estado ya existe, y con las comunidades limítrofes también. La situación es particularmente delicada en la Comunidad de Madrid de Ayuso, y el debate parece focalizado en su caso, como en su momento ocurrió también con Catalunya.

Cuando se le preguntó si es necesaria una mayor coordinación con el Gobierno español, Urkullu respondió que "la comunicación es permanente", aludió también a los encuentros telemáticos sobre el curso escolar, a los consejos interterritoriales semanales, y la comunicación "casi diaria" entre la consejera Murga y el ministro Illa. "Hay comunicación constante, colaboración desde la lealtad, sin necesidad de otro tipo de figuras", dejó caer. Fue al preguntarle a qué se refería con esas figuras cuando rechazó el estado de alarma y apostó por "desarrollar la legislación ordinaria vigente". Sí concedió que se pueden estudiar "otras figuras que no necesariamente sean la aplicación del estado de alarma", pero añadió que "en todo caso" la "coordinación existe" y, si hay voluntad de diálogo, gestión compartida y gobernanza colaborativa, no hace falta nada más.

Urkullu se pronunció en esa clave en una reunión marcada por la crisis sanitaria, la vuelta a las aulas y el impacto del virus sobre la economía, los empleos y la industria vasca. El jeltzale está pendiente de que fructifiquen en las próximas horas las negociaciones entre PNV y PSE para su investidura el 3 de septiembre, y dejó ver que sus prioridades para los próximos cuatro años se van a centrar en la gestión de este embate, que "va para largo". Pidió a la ciudadanía que tome conciencia de las medidas, aunque defendió también la fortaleza del sistema sanitario vasco y puso en valor la gestión de sus consejeros en una rueda de prensa que sonó a despedida para algunos de ellos, sin llegar a citar nombres.

Diálogo

Urkullu defendió que la colaboración y coordinación es posible sin necesidad de recurrir a escenarios excepcionales como el estado de alarma, y mencionó como ejemplo la comunicación casi diaria entre la consejera Murga y el ministro Illa, los consejos interterritoriales, y también la toma de decisiones compartidas con otras comunidades para tratar de cotejar que las actuaciones en uno u otro territorio son acordes o guardan cierta coherencia.

Ley ordinaria

El lehendakari en funciones cree que no es necesario recurrir al estado de alarma, y ve elementos suficientes en la legislación ordinaria. Hasta ahí pudo leer, pero desde el Gobierno vasco han puesto en valor estos días la Ley vasca de Gestión de Emergencias, que en su artículo 8 faculta al lehendakari a decretar confinamientos o alejar a los ciudadanos de las zonas de peligro. La declaración de emergencia sanitaria ha convertido a Urkullu en el mando único y puede apoyarse en esta ley para explorar medidas que permitan controlar la expansión del coronavirus en la comunidad.

"Si hay voluntad de coordinación, es posible coordinarse, sin necesidad de otras figuras"

"Tenemos un diálogo casi diario con el Gobierno español; y hablamos con territorios colindantes"

Lehendakari en funciones