“El compromiso con el presidente es en mayo; lo digo clar i català”. Pablo Iglesias se expresó así de rotundo cuando se le preguntó ayer sobre cuándo se comenzará a cobrar el ingreso mínimo vital que él personalmente acordó con Pedro Sánchez y que ha provocado el último encontronazo entre los socios del Gobierno de coalición, en tanto que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, dijo pocas horas antes que se había enterado por la prensa de que a lo largo de la jornada el vicepresidente segundo y él mismo comparecerían para presentar la medida, después de que el departamento que dirige el líder de Unidas Podemos anunciara el miércoles esta rueda de prensa. Es más, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, cerró la polémica después precisando que será en mayo cuando se den a conocer los detalles del proyecto de cara a ponerlo en marcha “a la mayor brevedad posible”. El propio Gobierno se comprometió luego por escrito, mediante nota oficial, a sacarlo adelante el próximo mes.

Iglesias trató de frenar un nuevo choque interno a cuenta de esta renta pero no escondió que faltaba detallarla y que ha existido en el Ejecutivo “un debate sobre los tiempos”, así como deficiencias en la comunicación a la hora de expresar cuándo estaría lista. “Lo podíamos haber hecho mejor y lo normal habría sido que saliéramos el ministro Escrivá y yo a contar una cosa muy importante, y para acallar las voces que diariamente tratan de sembrar dudas sobre las divisiones del Gobierno”, sentenció.

Después de que el ministro señalara en la cadena Ser que no sabía bien de qué forma se iba a transmitir esta iniciativa a la ciudadanía y de que Iglesias emitiera un comunicado en redes sociales donde enfriaba las expectativas temporales, el propio líder de Podemos certificaba en la Sexta que fue el martes cuando “Sánchez y yo resolvimos” el asunto, y es que “la urgencia por aprobar cuanto antes algún tipo de ingreso vital para los más necesitados” en este momento de crisis sanitaria “no era cuestión menor”. Pero para entonces la descoordinación ya se había hecho evidente. “Nosotros llevamos desde que nacimos planteando esto”, evocó el vicepresidente. De ahí que Iglesias planteara la semana pasada un ingreso vital puente mientras dure la pandemia, una medida de transición, pero “hablando Sánchez y yo determinamos que con voluntad política había posibilidad de tener un ingreso mínimo vital” en mayo, aclaró. Y “a partir de ahora hay un trabajo muy difícil, con el Ministerio de Inclusión con Escrivá a la cabeza, para que la norma esté lista en mayo y la gente pueda llenar la nevera”, zanjó.

El asunto lleva días en la agenda con tres ministerios implicados, Asuntos Sociales, Inclusión y Seguridad Social y Hacienda, de quien depende la apertura de la caja de donde saldrán los recursos. El debate alcanza a la capitalización política de una medida de gran envergadura que podría suponer un tanto en el quehacer de la labor de Podemos en el Gobierno de coalición aunque fuera un compromiso de legislatura de todo el Gabinete de Sánchez. Autocrítica al margen, Iglesias negó que se esté debilitando la relación entre las dos almas del Ejecutivo. “Sé que a algunos les gustaría pero ocurre exactamente lo contrario. Estamos trabajando juntos ante una situación de emergencia”, aunque “claro que discutimos”, confesó.

Escrivá tampoco entró en mayores peleas. “Hay presión de que esto urge y no solo por la crisis actual”, precisó el ministro, quien confirmó que será un ingreso permanente que puede llegar a un millón de hogares, la mitad con niños, y 100.000 de ellos monoparentales. Si la renta ronda los 500 euros -más cerca de 150 euros por hijo-, el gasto público superaría los 6.000 millones de euros anuales.

Polémica pregunta del CIS. Pablo Iglesias defendió ayer que la polémica pregunta sobre los bulos planteada por el CIS en su último barómetro “es algo que preocupa a todos los ciudadanos”, aunque evitó “hacer valoraciones” sobre el modo en que se formuló. “Sobre la formulación concreta no tengo nada que decir, pero sobre el tema, sí. Determinados sectores de la ultraderecha mediática y política han normalizado la mentira, el bulo y el ataque sin escrúpulos como forma de hacer política y tratar de influir”, criticó.

“Lo normal es haber salido el ministro y yo a contar algo urgente y que resolví con Sánchez”

Vicepresidente del Gobierno español