El intercambio de impresiones que mantuvo ayer Iñigo Urkullu con Pedro Sánchez en la videoconferencia con los presidentes autonómicos nada tuvo que ver con el mantenido siete días antes horas después de que desde Moncloa se decretara el apagón industrial. Tras recuperar la sintonía el pasado jueves, y de acuerdo ambos en ampliar el estado de alarma, como poco, hasta el próximo 26 de abril y flexibilizando el ámbito laboral a partir de Semana Santa; el lehendakari instó al líder socialista a elaborar cuanto antes un plan de vuelta "a la normalidad" que el Gobierno español asegura estar ya confeccionando. A juicio del jeltzale, y aunque compartiendo "la necesidad" de alargar el confinamiento y de que se mantengan "las medidas de distanciamiento social", es preciso ponerse manos a la obra en diseñar un horizonte que permita salir del aislamiento y la inactividad "de forma escalonada".

Tras emplazar a seguir colaborando porque el drama obliga a un esfuerzo "inmenso" en pro de la ciudadanía, Urkullu agradeció que se vaya a soltar el corsé de la restricción de actividades industriales consideradas no esenciales, establecido el pasado 29 de marzo, pero lamentó que se haya vuelto "a un ámbito de discusión" con las políticas activas de empleo, aunque confía que se pueda "reconducir la situación". El último real decreto-ley aprobado por el Consejo de Ministros prevé la eliminación de las partidas presupuestarias de las comunidades autónomas, incluida Euskadi, para la formación de los desempleados. El Gobierno español quiere disponer de esos 2.414 millones de euros para financiar la batería de medidas adoptadas dentro del "escudo social" a los perjudicados por la pandemia. Eso, en la práctica, supondría un ninguneo del autogobierno por el que la CAV perdería 400 millones sin respeto al modelo de Cupo. Una invasión competencial con una actitud recentralizadora que desde Lehendakaritza no están dispuestos a aceptar. No fue además el único dirigente que afeó a Sánchez la apropiación de esos fondos. El presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, criticó que no puede contar con 201 millones de euros para políticas de empleo, mientras que su homólogo cántabro, Miguel Ángel Revilla, se sumó a las protestas por no poder utilizar, en su caso, 18 millones de euros de la formación.

El lehendakari, que envió "un saludo afectuoso" con sus "mejores deseos para todos", y recalcó su "sentimiento más positivo en la lucha contra el virus", se congratuló de la rectificación desde el Ejecutivo español a su postura de endurecer el panorama con un confinamiento total que solo causa perjuicios laborales y económicos. "Contribuye a una mejor adecuación de las medidas en la industria, cumpliendo estrictamente los protocolos de salud y seguridad en el trabajo. Lamento que, con las políticas activas de empleo, nos volvamos a encontrar en un ámbito de discusión. Pero confío en que podamos reconducir la situación", recalcó Urkullu, que apremió a que la calle pueda ir también recuperando su pulso paulatinamente.

"Desde la semana pasada, tal y como comentamos en esta reunión, todas y todos estamos preocupados por el retorno a la vida cotidiana", manifestó. Por ello, considera "necesario un plan de vuelta a la normalidad", para el que "tenemos dos semanas más para avanzar en su preparación, para volver a la actividad educativa, económica, social o cultural. El Jefe del Ejecutivo vasco señaló además que les corresponde "anticipar escenarios de reactivación gradual para circulación, transporte, reapertura de empresas, centros educativos y ocio, recintos deportivos o escenarios de la actividad cultural". "Este plan debemos elaborarlo de forma compartida. Ha de constituir una puesta en común que permita tener en cuenta las necesidades y circunstancias diversas en que nos encontramos. El Gobierno vasco se ofrece a colaborar en esta tarea", enfatizó el jeltzale.

Urkullu añadió que en Euskadi han analizado "el escenario de afección de esta crisis sanitaria al crecimiento y empleo; también los modelos y medidas adoptados por otros países, tanto en la vuelta a la normalidad como las lecciones aprendidas de los procesos de recuperación económica y empleo; así como las medidas adoptadas por la Unión Europea". Por eso cree imprescindible "pensar en el futuro, reflexionar y decidir con anticipación", pero matizando que siguen "concentrados en el presente, en lo urgente". "Ahora lo prioritario es atender a las personas en los centros sanitarios y sociosanitarios", zanjó. De momento, "la prioridad es la contención y mitigación del virus, apoyar a las familias que están sufriendo los efectos más duros de la pandemia, reforzar la cobertura profesional sociosanitaria y atender a las personas mayores y más vulnerables", En este contexto, Urkullu advirtió de que durante mucho tiempo se seguirán necesitando recursos humanos y material. "Las necesidades del día a día van a seguir siendo inmensas", auguró.

Por su parte, María Chivite se ofreció a que Nafarroa sea una "comunidad piloto" en el grupo que está trabajando para la "salida por fases del estado de alarma". "Por nuestra propia evolución sanitaria, la respuesta de nuestro sistema y la experiencia de nuestro Instituto de Salud Pública, donde ya trabajamos en ese escenario posterior, creemos que podemos hacer una aportación importante", destacó la socialista, que ve con buenos ojos la "flexibilización" por parte del Estado de las actividades productivas consideradas esenciales.

Reunión del Eurogrupo. Pedro Sánchez solicitó a todos los presidentes autonómicos que en sus declaraciones aboguen por una posición clara y nítida a favor de los eurobonos y mutualización de la deuda pública tal y como ha hecho el Gobierno español en la Comisión Europea. El Eurogrupo se reúne mañana, una cita que precede a un Consejo Europeo clave en el que España e Italia insistirán en que la UE abandone la intransigencia económica que abanderan Alemania y Holanda.