Bilbao - El pulso que mantuvo Atutxa con la justicia española cuando era presidente del Parlamento Vasco le ha marcado en todos los órdenes. Estrasburgo restituyó su "honor".

Fue inhabilitado por el Tribunal Supremo y años después, restituido por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Y pidió un euro como indemnización por daños morales por su condena injusta. ¿Se lo han abonado ya?

-Sí, tengo el euro y la sentencia en casa. Y ahora que tengo tiempo lo voy a enmarcar. Y cobré 200 euros por las costas, que los ingresé en la cuenta del Parlamento Vasco. Y ahora tengo que cobrar la multa que pagué, de 18.000 euros.

¿La sentencia de Estrasburgo ha sido una de sus mayores satisfacciones personales?

-Sí, para mí sí. Tenía esa espina clavada. Una vez prometí que no me iba a morir hasta que saliese la sentencia y he cumplido mi palabra. Ha sido una de las mayores satisfacciones, porque defendí la dignidad del Parlamento.

¿Hay algún paralelismo entre el 'caso Atutxa' y lo que sucede ahora en el Parlament de Catalunya, donde la Junta Electoral, con el aval del Supremo, ha ordenado a su presidente que inhabilite al president Quim Torra?

-Algún paralelismo sí hay, pero no es lo mismo. El caso catalán es enormemente complejo. Yo no soy jurista, el título más rimbombante que tengo es el de jubilado, pero me entran serias dudas sobre si la Junta Electoral puede despojar de esta manera para retirarle el escaño. No sé tampoco cómo está en el reglamento de la Cámara catalana. En nuestro caso era claro.

Usted ha sido máximo responsable político de la Policía vasca. ¿Percibió inacción o connivencia de los Mossos durante el 1-O?

-Yo seguí las imágenes de todo aquello, el desembarco del Piolín, los garrotazos por parte de otras fuerzas policiales. Aquello fue una vergüenza y un desastre. Yo me remito a las declaraciones del major Trapero ante el tribunal. Lo que no parece es que hubiera una inhibición de responsabilidad, otra cosa es que no dieran la leña que dio la Policía Nacional y la Guardia Civil. Controlar aquello era muy difícil, sobre todo teniendo que ser equilibrado en la acción. Escuchando a Trapero, los Mossos hicieron lo que pudieron.

Vista la actuación de los Mossos y la de la Policía Nacional y la Guardia Civil, ¿usted con cuál se queda?

-Con la de los Mossos, sin duda alguna. No pasaba gran cosa porque se llenaran cuatro urnas más o menos. Y eso a garrotazos no se resuelve. Yo me quedo con su actuación.

¿Cree que tiene que pedir perdón por algo?

-La verdad es que yo no soy muy de pedir perdones. No obstante, sí, por todo aquello que involuntariamente haya podido afectar negativamente a cualquier persona. No tengo ningún inconveniente en coger un altavoz y decir que todo aquel que se haya sentido perjudicado o molestado por lo que yo haya podido hacer o decir, que sea consciente de una cosa: que no lo he hecho para ofender, pero que como todo ser humano he cometido errores, muchísimos.