pamplona - A las 9.19 horas de ayer, y con una charla de 15 minutos, capituló el silencio entre Pedro Sánchez y Quim Torra, recuperando en cierta manera la relación institucional entre el Gobierno español y la Generalitat, un escenario que además allana a ERC el camino para facilitar la investidura del líder del PSOE. Después de meses sin contacto alguno y lanzándose sucesivos reproches, el gesto desde Moncloa puede servir para que JxCat levante la presión sobre los republicanos y estos a su vez ofrezcan la abstención sin ser acusados de traicionar al mundo independentista. Ambos presidentes quedaron en reunirse de forma presencial y todo apunta a que será, como señalan desde el Ejecutivo en funciones, una vez sea reelegido Sánchez, si bien éste, que aspira a rebajar las "tensiones territoriales", también atenderá al resto de presidentes autonómicos.

La recuperación del diálogo entre los dos gabinetes no es tema menor y más si el presidente español reconoce, según el Govern, "la naturaleza política del conflicto", aunque desde Madrid se ahonde más en el discurso de evitar unas terceras elecciones, formar un gobierno que "pueda aprobar unos presupuestos que permitan resolver los asuntos pendientes" y "dar curso a la agenda territorial". En la nota difundida desde Moncloa no se cita a Torra ni a Catalunya pero desde el Gobierno español se asumió hace semanas que avanzar en el consenso con ERC obligaba a recuperar la "normalidad institucional" con el president, de ahí que Sánchez retomara recientemente la retórica de la declaración de Pedralbes aludiendo a la necesidad de encontrar una solución al conflicto político que estuviese dentro de la "seguridad jurídica", término con el que se evita mencionar directamente la Constitución.

Sánchez trasladó al Jefe del Govern que busca "cuanto antes" un gobierno que dé la estabilidad precisa para encarar políticamente el desafío catalán aunque "se necesitará tiempo", si bien le aseguró que "el diálogo y la consecución de un Ejecutivo y unas Cuentas harán posible abordar cuestiones clave" para los catalanes, como la sanidad, la educación, las infraestructuras y los transportes, la dependencia o la industria. Por su parte, Torra le insistió en que la salida al conflicto pasa por el ejercicio del derecho de autodeterminación, el fin de la represión y la libertad de los presos políticos, además de afearle al socialista la "dureza de su campaña contra el independentismo". Sánchez le respondió aludiendo a "la independencia de la justicia" y que "estamos en un Estado Social y Democrático de Derecho".

Asimismo, el president le censuró lo que considera una falta de cortesía institucional por no haber atendido sus múltiples llamadas telefónicas tras la sentencia del procés, y le matizó que respecto al diálogo "no se parte de cero". Según la portavoz del Govern, Meritxell Budó, porque "venimos de una reunión en Moncloa en julio de 2018 y en Pedralbes en diciembre de 2018 y en las semanas posteriores, en que hubo negociaciones entre gobiernos". Con todo, según la dirigente soberanista, Torra le explicó que los escenarios han cambiado con el encarcelamiento de los líderes independentistas, reclamándole "un diálogo real, con garantías y contenido y que trate los elementos centrales causantes del conflicto político".

conferencia de presidentes En paralelo, no está claro que Torra sea partícipe de esa conferencia de presidentes autonómicos en el Senado que ha rescatado Sánchez. "Ni se ha hablado en la llamada ni se nos ha trasladado formalmente. No tenemos invitación, ahora mismo no contemplamos el calendario de ese encuentro. Nos hemos quedado con lo que se ha trasladado, que cuando sea posible tras la investidura haya esta cita bilateral entre el president Torra y el presidente Sánchez", manifestó Budó. Es más, el propio Torra negó la mayor. "Primera noticia. En la conversación que hemos tenido Sánchez no me ha comunicado nada de esto que han explicado minutos después. Quizás es porque ya no me considera un presidente autonómico. Todo en orden", ironizó el líder soberanista. Este foro, que creó Rodríguez Zapatero, es el único donde pueden debatir todos los dirigentes autonómicos y al que no quieren acudir desde hace años los presidentes de la Generalitat. Es posible que Torra tampoco, si es que sigue en el cargo para cuando se convoque, porque tiene pendiente una inhabilitación. En todo caso, ERC ya puede maniobrar con menos apreturas.