bilbao - La negociación con ERC para conseguir la reelección de Pedro Sánchez como presidente español ha amenazado por momentos la unidad dentro del PSOE, aunque puede ser que la tensión no pase a mayores. Las críticas de los presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha no han sido secundadas por otros líderes dentro del partido y, sobre todo, juega a favor de Sánchez el silencio sepulcral de la federación andaluza, la más influyente, pero que no se encuentra en condiciones de echar un pulso desde que Susana Díaz pasó a la oposición, menos aún después de la sentencia de los ERE. Mientras los críticos pierden fuelle, el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, que había roto una lanza a favor del diálogo con ERC y a favor de Sánchez a costa de provocar un enfrentamiento casi personal con esos dos barones, se vio ayer reforzado al ser reelegido por aclamación como líder del PSC. Fue revalidado por unanimidad y está ganando influencia. Habrá un socialista catalán en el Consejo de Ministros, y la vicepresidenta Carmen Calvo quiso cerrar filas con él asistiendo a su proclamación para zanjar la disidencia. Los partidarios del diálogo ganan peso. Iceta, además, ve mucho potencial al pacto con ERC porque puede devolver al PSC la influencia en Catalunya, con un futuro Govern de ERC apoyado por los socialistas.

Pero hay más voces en defensa de Sánchez. Desde la Comunidad Valenciana, Ximo Puig opinó que está “actuando de manera correcta intentando dar una salida a la situación de bloqueo en España, para la que no hay, por lo que se ve, ninguna otra salida”. Incluso Javier Lambán, desde Aragón, comenzó a modular sus críticas al aclarar que Sánchez tiene el “apoyo total” de su territorio para activar un gobierno cuanto antes, y que las terceras elecciones serían el “peor escenario”. Se puede deducir de esa afirmación que la peor opción no sería el pacto con ERC. Aunque siguió sin dar su aval explícito al diálogo con los soberanistas, cambió de tono y se limitó a pedir que PP y C’s tengan un gesto para que “el independentismo sea irrelevante en la gobernabilidad de España”.

La tensión entre los socialistas es un factor importante que puede influir en estas negociaciones, que se están alargando y de las que apenas trascienden datos. De ahí que los sectores más centralistas del PSOE hayan alzado su voz en contra de cualquier concesión al soberanismo catalán. Esta situación resucita los fantasmas del pasado dentro del PSOE, porque Sánchez ya fue defenestrado de la secretaría general en 2016 cuando intentó una investidura con los nacionalistas catalanes. Desde su victoria en las primarias frente a Susana Díaz, el PSOE había entrado en una etapa de relativa calma, un escenario al que contribuyó que los críticos no pelearan por hacerse con una cuota dentro de los órganos del partido, de manera que no hay ningún contrapoder a Sánchez. Además, tiene respaldos inquebrantables en Catalunya, pero también en Nafarroa, donde María Chivite se ve sometida a presiones similares por gobernar con Geroa Bai y con la abstención de la izquierda abertzale; o en el PSE de Idoia Mendia. En Baleares, también hay sintonía con Francina Armengol.

Solo han alzado su voz de manera clara contra el diálogo los presidentes de Aragón y de Castilla-La Mancha, Javier Lambán y Emiliano García-Page. En el caso de Extremadura, su presidente Guillermo Fernández Vara se encuadra dentro de las voces más centralistas, pero está teniendo un perfil bajo. La disputa entre los socialistas llegó a su punto álgido el viernes, cuando Iceta se enzarzó con Lambán y Page, para acusarlos de realizar críticas inoportunas y salidas de tono. Lambán había opinado que ERC es un partido “indeseable”, y Page había deseado que los Reyes Magos no le regalen “vaselina”. El cruce de reproches desembocó en que Lambán acusara al socialista catalán de “supremacismo”. Iceta se reafirmó en que pondría todo de su parte para lograr la abstención de ERC. Tras este choque, ha salido reforzado.

aval a iceta En este contexto, Iceta renovó ayer su mandato al frente del PSC y se propuso “recoser el país”. En el 14º Congreso del partido, fue ratificado de manera unánime por los 1.069 delegados. “Mi sueño es que los socialistas podamos ser útiles a las personas actuando desde las administraciones locales, la Generalitat, el Gobierno y la Comisión Europea”, apostó. En cualquier caso, tuvo palabras duras para el independentismo, al que avisó de que no aceptará “que quienes se creen poseedores de la verdad nos impongan su dogma a los demás”. Puso la proa hacia una hipotética convocatoria de las elecciones autonómicas, donde ha lanzado algunos mensajes contradictorios que lo acercan también a las propuestas de Ciudadanos para vaciar al partido de votos, como hizo Sánchez en las generales. Los socialistas catalanes han incluido en su ponencia marco una defensa del catalán como lengua vehicular en la escuela, pero con cierta polémica y confusión tras haber apostado por ampliar las horas lectivas en castellano. Se ha acordado con un amplio consenso que esa ampliación se produzca en entornos en esencia castellanohablantes. Además, dicen que Catalunya es una nación, pero añaden que España también lo es, porque la definen como “nación de naciones”, cuando hasta hace unos días la primera versión del documento solo hablaba de “Estado plurinacional”.