bilbao - Pedro Sánchez intenta allanar poco a poco la abstención de ERC en su investidura como presidente español. El candidato a la presidencia española, que ha colocado de manera insistente la Constitución como límite en su diálogo con ERC, utilizó ayer un término más digerible para los republicanos catalanes y que calca los acuerdos de Pedralbles suscritos en la pasada legislatura antes de que el diálogo quedara dinamitado por la figura del relator internacional y el encaje del derecho de autodeterminación: Sánchez situó el diálogo “en el marco de la seguridad jurídica que emana de las leyes democráticas”, y no citó de manera expresa la Constitución. El socialista planteó un lenguaje donde los republicanos puedan moverse más cómodos y aligerar la presión que están recibiendo desde JxCat, que apuesta por votar en contra de la investidura. Sánchez se expresó en esta clave desde Bruselas, cuando se le pidió una valoración sobre las exigencias del líder de ERC, Oriol Junqueras, quien aseguró en una entrevista en La Razón que su partido votará en contra de su proclamación si no hay una mesa de negociación entre gobiernos donde puedan “hablar de todo”.

La alusión a la seguridad jurídica fue consensuada en Pedralbes en diciembre del año pasado en una cumbre de alto nivel entre Sánchez y el propio Torra, de manera que asumir este lenguaje en el acuerdo con ERC podría aligerar la presión de JxCat. En el fondo, Sánchez interpreta que la seguridad jurídica es un sinónimo del respeto a la Constitución. Pero no aludir a ella de manera expresa mejora el clima con ERC, que estos días había torcido el gesto por su empecinamiento en situar su acuerdo en el marco constitucional, una alusión que complica su venta entre el electorado soberanista y que Sánchez ha venido repitiendo hasta el pasado miércoles, en la rueda de prensa tras asumir el encargo del rey. Ahora, sin embargo, se negocia con ERC tomando como base la mención la seguridad jurídica. Sánchez dijo ayer que el diálogo “tiene que ser el método para resolver los conflictos políticos” y hacerse “en el marco de la seguridad jurídica que emana de las leyes democráticas”.

Por el contrario, los socialistas apenas lograron disimular su enfado y su desconcierto con el president Quim Torra, porque ahora pone reparos a una conversación telefónica con Sánchez que siempre ha querido tener, y que ahora le parece insuficiente porque viene envuelta en una ronda con todos los presidentes autonómicos. Sánchez aceptó realizar esta llamada tras pedírselo ERC, pero nada satisface a JxCat. “Me llama la atención que quien reclama diálogo critique el diálogo”, lanzó ayer. La distancia con JxCat es cada vez mayor. La portavoz del Gobierno español en funciones, Isabel Celaá, también dijo que “España necesita fuerzas y brazos que sumen, no que asfixien”. Torra volvió exigir ser el primero en la ronda, que le llamen a las 8.00 horas del martes, antes que a Urkullu.