bilbao - La disputa que mantienen la izquierda abertzale y Podemos por el respaldo de estos últimos a los Presupuestos del lehendakari Urkullu no ha tenido de momento ninguna repercusión en sus acuerdos municipales. La tensión entre ambos se circunscribe al análisis de cómo entiende cada uno su papel en el Parlamento Vasco y su nivel de influencia en esa institución, y no está desbordando esas cuatro paredes ni está trastocando su sintonía en municipios como Durango o Galdakao, donde el desalojo del PNV se vivió como una oportunidad histórica. En apariencia, se mantiene el buen clima y no están trascendiendo problemas de funcionamiento, al menos entre ellos dos. Los votos de Podemos fueron decisivos para apuntalar las alcaldías de la izquierda abertzale, en conjunto con otras plataformas vecinales e independientes, y fuentes del partido morado aseguran a DEIA que siguen funcionando “con normalidad”, sin ninguna afección a nivel local. “La discrepancia se circunscribe al ámbito parlamentario, al papel que cada uno quiere jugar en la Cámara”, aclaran.

El acuerdo entre Elkarrekin Podemos (sin Ezker Anitza) y el Gobierno vasco ha abierto una muesca en la relación y ha desatado una cascada de reproches de la izquierda abertzale. Bildu y Podemos parecían llamados a entenderse en el futuro a todos los niveles, y habían abierto una senda de colaboración municipal para desalojar a los equipos de PNV y PSE. En la campaña de las elecciones municipales de mayo, el líder de Podemos Euskadi, Lander Martínez, apostó por extender a otros ayuntamientos la experiencia de gobernar codo con codo, que hasta la fecha tenía como principal referente el gobierno en coalición con EH Bildu en Errenteria. Siguiendo esa lógica, el partido morado fue crucial para apuntalar con sus votos las alcaldías de la izquierda abertzale en Elorrio, Ordizia, la propia Errenteria, o Galdakao y Durango, dos feudos del PNV donde el desalojo de los jeltzales fue muy traumático para el partido de Sabin Etxea. Lo sucedido en esas plazas se ve como una oportunidad clave para consolidarse como alternativa frente al dominio histórico del PNV, que pinchó en Galdakao por la gestión del metro y no acertó a gestionar el descontento vecinal. Habrá que ver cómo evoluciona la situación en los próximos meses y cómo se toma la izquierda abertzale lo sucedido. En municipios como Galdakao, Podemos no es el socio principal.

el viraje La pérdida de respaldo de Podemos en convocatorias como las dos últimas elecciones generales, y su apuesta por tener una mayor influencia fueron respondidas por el Gobierno vasco con un capote y con guiños para facilitarle su tránsito hacia la negociación presupuestaria. Que el lehendakari colocara de manera expresa en el ranking de sus prioridades presupuestarias la lucha contra el cambio climático, la brecha territorial y la apuesta por la igualdad de género dio a Podemos el enganche necesario para virar el rumbo y dejar su impronta en un proyecto donde ha arrancado un incremento del 4% en la renta de garantía de ingresos y una rebaja del 10% en las tarifas de las haurreskolas el próximo año y en 2021. Esta senda de entendimiento, que llega en un contexto donde socialistas, Podemos y jeltzales también serán determinantes para asegurar la gobernabilidad en Madrid y Nafarroa, no se ha visto acompañada por EH Bildu, que sí se mostró dispuesta a facilitar gratis las investiduras de Pedro Sánchez y María Chivite, pero no modula su mensaje en el Parlamento Vasco.

La discrepancia entre Bildu y Podemos se centra en la actividad parlamentaria, la institución con mayor proyección a nivel autonómico. En las últimas horas, están teniendo mayor repercusión los desencuentros que los acuerdos entre ambos, como sucedió con la renta de garantía de ingresos, cuando Podemos se negó a respaldar una maniobra reglamentaria de la izquierda abertzale para forzar la retirada de la propuesta de PNV y PSE. Hace unos días, una iniciativa que sí defendían conjuntamente, la Ley de Memoria Histórica, vio truncada su tramitación porque el Gobierno vasco ya había dado cauce a su propio proyecto. Las fuentes consultadas no descartan que se puedan acordar iniciativas en el Parlamento entre las dos fuerzas de izquierda porque la aplicación de sus programas electorales puede conducirlos a ello. El viernes de la semana que viene, el Parlamento votará una modificación de la Ley de Caza pactada por todos los grupos, pero con carácter inmediato no se va a aprobar ninguna que hayan defendido Bildu y Podemos con un pacto exclusivo entre ambos.