Iruñea - Conforme avanza el calendario y la negociación para formar el próximo Gobierno de Nafarroa, al PSN le resulta cada vez más difícil mantener su pretensión de que el organigrama de Chivite esté formado únicamente por consejeros socialistas. Si el martes Geroa Bai expresaba públicamente que su aspiración es la de ejercer responsabilidades desde la primera fila, ayer la ejecutiva de Podemos aprobó por unanimidad entrar también a formar parte de las consejerías del futuro organigrama, a la espera de que I-E, el cuarto actor en discordia, adopte una posición similar. Es quizá el acontecimiento definitivo, la apertura de la espita que aclara una de las incógnitas que están encima de la mesa -hoy continúan las negociaciones en el Parlamento para avanzar en el diseño del Gobierno-, como es que el Ejecutivo de Chivite será de coalición o no será.

Todo apunta, por tanto, que las aspiraciones del PSN a formar un gobierno “monocolor”, con la única presencia de los socialistas, van perdiendo enteros. Se entiende que a día de hoy lo mantengan en los pronunciamientos públicos, pero más como una estrategia negociadora que como línea roja. Con una débil base de 23 escaños -la mayoría del Parlamento está en 26-, a los socialistas les va a tocar repartir responsabilidades dentro de un Gobierno con más consejerías, la fórmula que plantea el PSN para facilitar el encaje de todas las piezas.

En un primer momento, la idea es pasar de las nueve carteras actuales a once, además de la presidencia. Los socialistas quieren imprimir al Ejecutivo un cariz más parecido al del Gobierno de Sánchez: se estudia la posibilidad de desgajar de la cartera de Medio Ambiente y Desarrollo Rural todo lo relativo a la Administración Local, cohesión, vertebración y lucha contra la despoblación del territorio, que podría tener una cartera específica. Y también se plantea que innovación se separe de economía y forme parte, junto con universidades y transformación digital, de otra cartera específica.

proporcionalidad Ahora bien, toca concretar todo esto, tanto en estructura como en nombres. No será algo que quede zanjado en la sesión negociadora de hoy en el Parlamento y todo puede sufrir cambios. Hoy podrían zanjar la estructura, pero quedaría lo más rocoso: el peso de cada fuerza en el Gobierno. No hay duda de que el PSN será el partido con más presencia. Los socialistas quieren un Ejecutivo más político que técnico, de personas de la más estricta confianza de María Chivite. Incluso podrían salir nombres de su propio grupo parlamentario, en el que Carlos Gimeno, por ejemplo, ha sido el principal opositor a Mendoza y Solana la pasada legislatura. Geroa Bai, por su parte, considera que su presencia tiene que ir acorde al acuerdo ‘a 23’, los escaños que suman PSN (11), Geroa Bai (9), Podemos (2) e I-E (1). Es decir, que como segunda fuerza a dos escaños de la primera aspiran a tener un notable protagonismo en el Ejecutivo, no un papel residual.

Podemos hizo ayer oficial que quiere tener algo que decir dentro del Ejecutivo. El consejo de coordinación de Podemos Navarra lo consideraba ayer “imprescindible” en un comunicado. “Apostamos de una forma clara y decidida por la presencia de consejeros y consejeras de la formación morada en el próximo consejo de Gobierno, tal y como expresó la ciudadanía de Navarra al no dar la mayoría a ninguna formación y optar por gobiernos de coalición y entendimiento entre diferentes”. I-E se encuentra en una situación similar. Su representación es mínima, pero quiere mantener el papel jugado en el Gobierno del cambio.