bilbao - A una semana vista del pleno de investidura los próximos lunes y martes, con una segunda votación si es necesaria el jueves 25, las cartas del PSOE y Unidas Podemos parecen boca arriba. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han llevado su pulso tan al límite que pesan más las vanidades personales que la brecha que les puede separar para alcanzar un acuerdo que evite poner de nuevo en marcha el contador a unas nuevas elecciones el 10 de noviembre. Unos y otros buscan coartada para eludir su responsabilidad ante una investidura fallida. En esa búsqueda de un relato autojustificativo, el PSOE escribió ayer un nuevo capítulo en el que ofrece a la formación morada modificar su oferta programática si ello ayuda a cerrar un acuerdo.

Los socialistas saben que por ahí no van a camelar a Pablo Iglesias, que sigue situando en el frontispicio de sus reivindicaciones para firmar un acuerdo la presencia de uno de los suyos en el Consejo de Ministros. Sin embargo, ahora mismo prevalece la estrategia de presión sobre el posible aliado mientras siguen armando la narrativa para endosarle al otro la responsabilidad de una elección fallida. “A lo largo de los días el documento se puede perfeccionar y modificar”, afirmó la vicepresidenta del Gobierno español en funciones, Carmen Calvo, sin precisar los aspectos del programa en los que el PSOE se abre a negociar con Unidas Podemos.

En declaraciones a los medios de comunicación, la número dos del Gobierno y miembro del núcleo duro de Pedro Sánchez aseguró que “los socialistas somos gente de acreditada responsabilidad y nosotros hemos dicho que nos queremos sentar a hablar de contenidos y que seremos capaces de encontrarnos” Tras recordar que el PSOE dobla en escaños al siguiente partido (PP) y que con Unidas Podemos no suma suficiente apoyo para formar gobierno, Calvo defendió que la posición del PSOE es “de sentido común”.

Preguntada sobre quiénes deberían integrar el nuevo gobierno presidido por Sánchez, la vicepresidenta en funciones señaló que “quien recibe la confianza del Congreso de los Diputados es una persona con nombre y apellidos”, en referencia a Sánchez que, según señaló,“tiene acreditada responsabilidad, flexibilidad y madurez más que suficientes” para ello.

Calvo apeló a la responsabilidad del resto de partidos, ya que “todo el mundo tiene que empezar a asumir su responsabilidad”, incluidos los de la derecha, a los que afeó que hagan como si no fuera con ellos la necesidad de que “el sistema funcione y que el Gobierno se invista pronto”. Defendió que Sánchez está haciendo todo el esfuerzo posible para que la semana del 22 sea investido, con la confianza del Congreso, para que “España tenga ya su Gobierno a pleno rendimiento”.

Si por la izquierda sigue sin encontrar un aliado, tampoco por la derecha consigue atraer a ninguno de los principales partidos. Ni siquiera a una abstención del PP o de Ciudadanos, que le bastaría para salvar la investidura. En este sentido, Calvo denunció de nuevo que Albert Rivera (C’s) “ni siquiera se ha querido sentar a hablar” con el presidente en funciones, a pesar de que los 123 escaños del PSOE son “más que el doble” de los 57 de Ciudadanos.

En la misma línea, Odón Elorza reprochó ayer a Podemos que no está respetando el “orden lógico de las cosas, ya que lo normal es debatir el programa de gobierno, las bases del presupuesto y el calendario legislativo y a partir de ahí se entra en la configuración de gobierno”. A juicio del diputado del PSOE por Gipuzkoa, se está haciendo al revés. “Construir una estructura sin garantía de un acuerdo sustancial en los desafíos del siglo XXI, en los temas sociales... nos parece un temeridad”, subrayó.

También defendió que la conformación de un gobierno de coalición debe ser consecuencia de “un proceso de negociación” y un acuerdo de voluntades. - DEIA