bilbao - La jueza María Servini, que instruye la denominada querella argentina por los crímenes cometidos durante el franquismo, ha citado a declarar a los querellantes en relación a los sucesos ocurridos en las fiestas de San Fermín de 1978.

Según explicó ayer el colectivo Sanfermines 78 Gogoan en una nota, el próximo 5 de junio comparecerán familiares de Germán Rodríguez, fallecido por disparos de la policía en los sucesos de las fiestas de Iruñea de 1978, miembros de la Federación de Peñas de la capital navarra y de la asociación Sanfermines 78 Gogoan.

En el viaje a Argentina, los querellantes estarán acompañados de distintos cargos electos de municipios en los que se han interpuesto “querellas criminales por torturas” así como del Parlamento de Nafarroa, Congreso de los Diputados y Parlamento Europeo. La estancia en Buenos Aires será aprovechada a su vez para mantener entrevistas y reuniones con la Fundación Pérez Esquivel, las Madres de Mayo, asociaciones memorialistas y de derechos humanos argentinas y, finalmente, con distintos miembros y comisiones del Congreso y Senado argentino.

Sanfermines 78 Gogoan recuerda que el pasado mes de enero interpuso, junto con víctimas de los sucesos en ocurridos el 8 de julio de 1978 en la capital navarra, una querella criminal ante los juzgados de Iruñea a la que, posteriormente, se sumaron la Federación de Peñas y dos personas heridas en aquellos sucesos.

Paralelamente, se interpuso ante los de Buenos Aires la denominada “querella argentina”, instruida por la jueza María Servini, “en la que se investigan los crímenes contra la humanidad cometidos durante el franquismo”, a la que ahora se suma la referida a los Sanfermines de 1978. Una querella que “está basada en el principio de justicia universal que habilita a los tribunales de un Estado a investigar crímenes de esta clase cometidos fuera de sus fronteras cuando esto no es realizado en el lugar de comisión del presunto delito”, ha explicado la asociación.

El 8 de julio de 1978, los grises irrumpieron en la plaza de toros de la capital navarra para disolver a unos jóvenes que pedían la libertad de los presos. En los enfrentamientos posteriores con la Policía Armada, Germán Rodríguez murió por un disparo en la frente. Las fiestas fueron suspendidas.

El ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, reconoció en el Congreso que “la actuación de la Policía Armada fue desproporcionada” aunque defendió que, según los informes del Gobierno, la policía no disparó contra Rodríguez. La única responsabilidad política fue la dimisión del gobernador civil, Ignacio Llano. - DEIA