bilbao - Al Gobierno vasco le está dando muy mala espina el bloqueo en la negociación de las ocho transferencias prometidas por Madrid, y ha decidido elevar el tono en una situación que le parece ya insostenible. En un momento crítico por la proximidad del inicio de la campaña para las elecciones generales, que arrancará el viernes de la próxima semana, el lehendakari ha decidido dar un paso al frente para solicitar personalmente al presidente Sánchez que dé un impulso político a las conversaciones. Iñigo Urkullu envió a mediados de la semana pasada una carta al socialista para poner en evidencia que llega la fecha de las elecciones y la negociación no avanza. Sánchez le contestó y, aunque desde el Gobierno español no quieren entrar en detalles, aseguran que el espíritu general de su mensaje consistió en reiterar que su voluntad sigue intacta. La actitud de Madrid es formalmente de compromiso, pero sin avances concretos.

El intercambio sobre los aspectos jurídicos y el contenido de cada competencia avanza, pero Madrid solo ha enviado la valoración económica de una de las ocho materias, una documentación que llegó el viernes y que, según ha podido saber este periódico, se refiere al seguro escolar, un asunto menor. Mientras tanto, el tiempo corre. El consejero de Autogobierno, Josu Erkoreka, reveló ayer el movimiento del lehendakari en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, y reiteró su preocupación por la falta de avances. Erkoreka había lanzado un mensaje similar la semana pasada, pero ayer fue más explícito tras días de cautela.

Sánchez se arriesga a tensionar su relación con el PNV, al que probablemente volverá a necesitar tras las elecciones generales del 28 de abril, y al que, sin ir más lejos, necesita hoy en la votación de los seis decretos sociales en la Diputación Permanente. El voto el PNV seguía siendo ayer una incógnita porque tiene dudas sobre algunas medidas y, en ese contexto, solo un gesto con la agenda vasca podría limar los recelos. El PNV tiene la llave para garantizar la convalidación de buena parte de los decretos y superar así el veto de PP, UPN y Ciudadanos, un último partido que solo ha garantizado su aval a los permisos de paternidad. La situación que se está generando con los traspasos es muy delicada para el PNV, que realizó una apuesta por Pedro Sánchez en la moción de censura contra Rajoy y se expone a que deje en el aire los compromisos que adquirió, porque nadie puede garantizar qué gobierno y qué mayorías habrá tras las generales. El escenario tampoco es fácil para los socialistas vascos, que quedarían en una posición comprometida si Sánchez no cumpliera. Desde el Ministerio de Batet no se atreven a decir que las ofertas vayan a llegar esta semana, aunque no se descarta una sorpresa de última hora. El propio Erkoreka ha enviado una retahíla de mensajes a Batet periódicamente para recordarle el atasco en Hacienda.

El Gobierno vasco no realiza oficialmente ninguna interpretación, pero lo extraño de estas conversaciones no es que se esté produciendo una discrepancia económica, que es algo habitual, sino que ni siquiera se ha llegado a ese punto de la discusión, porque no se ha producido el envío de las ofertas y el bloqueo es total en Hacienda. Esta situación abre la puerta a todo tipo de especulaciones sobre las dudas que puede albergar Sánchez, o que pueda estar realizando un análisis del coste electoral de las transferencias en plena competición recentralizadora de PP, Ciudadanos y Vox. No obstante, desde el Ministerio de Meritxell Batet insisten a este periódico en que la voluntad se mantiene.

El intercambio jurídico sobre la autopista AP-68 hacia Zaragoza está muy avanzado y prácticamente cerrado, pero no ha llegado la oferta económica. Un paso en ese sentido sería muy bien recibido en el Gobierno vasco por la relevancia de esta transferencia, que supondría que las instituciones vascas pasaran a gestionar toda la red de carreteras. La campaña empieza el viernes que viene y, aunque en sentido estricto se puede seguir trabajando, la disputa política y la movilización absoluta del socialismo en las calles va a complicar la negociación. A partir de las elecciones del 28 de abril, en menos de un mes, el Gobierno español pasará a encontrarse en funciones, atado de pies y manos para tomar decisiones que vayan más allá de la gestión ordinaria. Se están negociando los siete traspasos previstos para marzo (nueve líneas de tren de cercanías y Feve, la legislación sobre los productos farmacéuticos, seguro escolar, escuelas viajeras, ayudas a la jubilación en empresas afectadas por ERE, y dos organismos de investigación en obra pública e innovación tecnológica), además de la AP-68, una competencia que el Gobierno español decidió adelantar ante los escollos en otras materias.

Erkoreka quiso “expresar claramente” su “preocupación porque el tiempo se nos echa encima”. “Salvo en un caso, el Gobierno español no ha enviado una sola valoración económica”, dijo. Erkoreka añadió que “no acaba de percibirse un impulso político lo suficientemente enérgico” para superar los escollos de Hacienda. Esperó que no influya en la disposición de Sánchez el marcaje del PP, y anunció que Urkullu ha escrito a Sánchez por su “inquietud” ante la falta de “pasos efectivos”.