GASTEIZ. Urkullu, que se ha referido a esta cuestión durante una visita a una empresa en Lantarón , ha considerado que, a través de esta figura, se trata de "facilitar la capacidad de diálogo entre las partes".

El lehendakari ha afirmado que no había tenido conocimiento previo de la designación de un 'relator', y espera que ésta sea una decisión "acordada entre las dos partes", en referencia a los Gobiernos de Catalunya y España.

Iñigo Urkullu ha asegurado que observa esta medida con "ilusión", ya que considera que es necesaria, "en aras de profundizar en el diálogo", tratar de "contextualizar e interpretar por cada parte cuáles son las posiciones y las realidades que afectan a cada uno".

Por ese motivo, ha manifestado que es "importante" que existan "ámbitos de diálogo en los que haya quien facilite esa interpretación por la otra parte". "Todo lo que sea favorecer y facilitar que haya un entendimiento, normalizar la relación, y que eso redunde en acuerdos, es bueno para Cataluña, para el conjunto del Estado español, y para Euskadi", ha manifestado.

El lehendakari no se ha pronunciado sobre la posibilidad de que pueda ser él mismo la persona por la que se opte para actuar como 'relator' en la mesa de partidos sobre la situación de Catalunya, aunque la Generalitat ya le ha descartado. En todo caso, ha recordado que ha sido citado a declarar en el Tribunal Supremo para el juicio por el proceso soberanista.

Urkullu también se ha referido a la advertencia del PP sobre la posibilidad de plantear una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por aceptar la designación de un 'relator' para la mesa de partidos sobre Catalunya.

"HACER DAÑO"

El lehendakari se ha mostrado partidario de ejercer la acción política e institucional, "mirando al largo plazo", en lugar de centrarse en el "regate" y en "tratar de hacer daño al adversario político".

Urkullu, que ha precisado que los "adversarios políticos" no son "el enemigo", ha lamentado que en el Estado español se esté extendiendo "una manera de hacer política basada en la crispación", en lugar para "facilitar soluciones que redunden en el bienestar de los ciudadanos".