El Colegio Electoral, un sistema de elección vulnerable para la democracia de EE.UU.

¿Cómo se distribuyen los electores por estados?

El número de electores de cada estado depende del peso parlamentario, que a su vez depende de su población, y fluctúa en función de los cambios demográficos, algo que ha hecho que este año estados netamente republicanos ganen dos delegados y que los demócratas pierdan uno. Por ejemplo, a California, el estado más poblado del país, le corresponden 54 electores, mientras que Alaska o Vermont solo tres cada uno.

¿Cómo se ganan esos electores?

Los estados son los encargados de organizar el proceso electoral. Cada estado fija horarios diferentes de votación, reglas distintas para el voto anticipado o requisitos disparejos para poder votar. También son los estados los encargados de decidir cómo se distribuyen los electores. El candidato ganador, aunque sea por un solo voto, se lleva todos sus electores en su objetivo de llegar al número mágico: 270. La excepción son Nebraska y Maine, que dividen el reparto por distritos.

¿El candidato con más electores es el más votado?

Los demócratas han sido el partido más votado en siete de las últimas ocho elecciones presidenciales, pero en dos de esas citas perdieron los comicios. Hillary Clinton sacó 3 millones de votos más que Trump en el 2016 y Al Gore obtuvo medio millón más que George W. Bush en el 2000, pero perdieron las elecciones. Es por eso que se suele considerar que el sistema de Colegio Electoral ha beneficiado a los republicanos.

¿Cuándo y dónde se reúne?

Una vez los estados certifican sus resultados y los legislativos designan a los electores, el Colegio Electoral se reúne a mediados de diciembre de forma descentralizada para votar por el presidente y vicepresidente. 

El 6 de enero, el Congreso de Estados Unidos es el encargado de contar los votos del Colegio Electoral, el último trámite antes de que el nuevo presidente pueda asumir su cargo el día 20 de ese mes.

¿Qué debilidades tiene el sistema?

 Las elecciones de 2020 pusieron a prueba este complejo sistema y fueron un ejemplo de todo lo que puede llegar a salir mal durante el camino. Con la victoria de Biden, proclamada pero no reconocida por gran parte de los republicanos, algunos de sus líderes a nivel estatal trataron de formar un cuerpo paralelo de electores que votara por Trump al Colegio Electoral, pese a su derrota.

Ninguno de esos cuerpos paralelos logró el objetivo final, ya que las máximas autoridades de esos estados -Arizona, Georgia o Míchigan- se negaron a firmar esas actas.

El sistema volvió a demostrar su fragilidad el 6 de enero, cuando decenas de congresistas republicanos trataron de impugnar los resultados de varios de esos estados en disputa al tiempo que una turba de seguidores de Trump asaltó el Capitolio.