- Unos 40 minutos de intensos bombardeos israelíes volvieron a sacudir ayer la bloqueada y castigada Gaza, cuya población vuelve a despertar entre más destrucción y muertes, entre ellas de más de una treintena de niños desde el inicio de la escalada. Los más de dos millones de palestinos, inseguros desde el lunes en el enclave costero, padecen la creciente tensión e intercambio de fuego entre tropas israelíes y las milicias palestinas lideradas por el movimiento islamista Hamás, sin esperanza de que termine pronto tras el rechazo de una tregua por Israel, y con el temor de una incursión terrestre.

“Fue horrible. El bombardeo fue alrededor de la medianoche y, desde entonces, toda la gente del barrio no pudo descansar y todos estuvieron fuera en la calle”, contó el joven Mohamad Isdodi desde el hospital donde fue a visitar a su vecino, herido junto a su mujer y tres hijos.

Ayer, segundo día de Eid al Fitr, festividad que sigue al final del mes de ayuno musulmán del Ramadán, las calles estaban completamente vacías de tráfico y peatones; y todos los mercados, tiendas, centros comerciales, restaurantes y cafés, cerrados. Israel lanzó una ofensiva desde tierra y aire, la mayor desde el lunes, contra más de 150 objetivos. 160 aviones, fuerzas terrestres, artillería y tropas blindadas llevaron a cabo 50 rondas de bombardeos en menos de una hora.

Los objetivos fueron la red de túneles de las milicias y los refugios donde, asegura el Ejército, se esconden líderes de los grupos islamistas, Hamás y la Yihad Islámica, que desde el lunes dispararon más de 1.800 cohetes hacia Israel, 430 fallidos que también causaron víctimas. En los ataques selectivos, el Ejército asegura haber matado a más de 30 milicianos desde el inicio de la escalada. Sin embargo, desde el lunes también han muerto 31 menores, 19 mujeres y un número indefinido de civiles.

La ONG Save the Children insistió ayer en que los civiles y las infraestructuras civiles deben ser protegidas frente a los ataques, de acuerdo con el derecho humanitario internacional, y denunció la destrucción de al menos 31 escuelas y de un centro de salud.