Al menos 50 personas murieron y otras 52 resultaron heridas en un atentado con bomba este sábado cerca de una escuela secundaria femenina en un barrio habitado por la atacada minoría chií hazara en Kabul, informaron fuentes oficiales.

La explosión se produjo hacia las 16.27 (11.57 GMT) en el área de Dasht-e-Barchi en el oeste de la ciudad, afirmó a Efe el portavoz del Ministerio de Interior, Tariq Arian.

"Lamentablemente, hasta el momento se han evacuado 25 muertos y 52 heridos del lugar de la explosión. Este número podría cambiar", detalló el portavoz.

Las imágenes del atentado pronto comenzaron a inundar las redes sociales, en las que se ven menores en el suelo con quemaduras frente a lo que parece la puerta principal del centro educativo, además de otros niños ensangrentados siendo tratados en el hospital.

El atentado se produjo en un área habitada sobre todo por la minoría chií hazara, objetivo habitual de ataques islamistas, como el que sucedió el pasado octubre en ese barrio contra otro centro educativo, que dejó 24 muertos y 57 heridos.

En aquella ocasión el estallido se produjo cuando los guardias de seguridad del centro identificaron a "un atacante suicida a pie", que detonó los explosivos que portaba al serle negado el paso.

Aunque el atentado de hoy aún no ha sido reivindicado, todo parece apuntar al grupo yihadista Estado Islámico (EI), que suele reclamar este tipo de ataques contra los hazara, a los que considera apóstatas.

El año pasado, en ese mismo barrio, también fue atacado en mayo una maternidad en la que murieron 16 personas, entre ellas, según informaron entonces las autoridades, "dos recién nacidos, madres de recién nacidos y matronas, a los que dispararon".

El atentado de hoy se produce cuando los niveles de violencia han ido en aumento en el país, sobre todo durante la última semana, después de que se cumpliera el 1 de mayo la fecha límite que habían acordado en febrero del año pasado en Doha los talibanes con Estados Unidos, para que las tropas extranjeras abandonaran Afganistán.

Sin embargo, la nueva Administración de EEUU retrasó la fecha de retirada hasta el próximo 11 de septiembre, cuando se cumplirán dos décadas de los ataques yihadistas que desencadenaron poco después la invasión estadounidense de Afganistán que derrocó a los talibanes.