Washington - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue absuelto ayer miércoles por el Senado, de mayoría republicana, de los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso en el juicio político contra él por presiones a Ucrania.

Los senadores, que han hecho de "jurado" en el proceso, votaron primero sobre el cargo de abuso de poder: 52 lo hallaron "no culpable" frente a 48 que lo declararon "culpable". Tan solo un republicano votó "culpable", el senador Mitt Romney, convirtiéndose en el primer legislador en la historia de EE.UU. en apoyar la destitución de un presidente de su mismo partido en un juicio político. Sobre la segunda de las acusaciones, la de obstrucción al Congreso, 53 legisladores -todos republicanos- resolvieron que Trump es "no culpable" frente a 47 -todos demócratas- que lo vieron "culpable". Para que el proceso de destitución del presidente saliera adelante era necesario el respaldo de dos tercios de la cámara a alguno de los dos cargos políticos.

Antes de la votación, el líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Chuck Schumer, hizo un llamamiento a los senadores para que votaran a favor de destituir a Trump.

"El Senado debería condenar al presidente Trump, expulsarlo de la Presidencia y descalificarlo para mantener el cargo en el futuro", dijo Schumer. El demócrata también criticó que "este es el primer juicio político en la historia (del país) que no escuchó a ningún testigo".

Agregó que "si las noticias que no le gustan son falsas, si mentir en las elecciones es aceptable, si todo el mundo es tan malvado como la mayor maldad entre nosotros, entonces la esperanza en el futuro está perdida".

Por su parte, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, tachó este caso de "incoherente" y acusó a los demócratas de querer "romper" las reglas y escribir otras nuevas solo porque perdieron las elecciones presidenciales de 2016. "La respuesta de perder una elecciones no puede ser atacar la oficina del presidente", dijo McConnell. "A lo mejor ella rasgará el veredicto como rasgó el discurso del Estado de la Unión", agregó McConnell, en referencia al gesto de la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, que rompió el martes la copia que tenía del discurso de Trump después de que el presidente terminara su alocución ante el Congreso.

el juicio En septiembre, Pelosi anunció una investigación de impeachment contra Trump después de una queja de un informante a los servicios de Inteligencia sobre una llamada en julio con su homólogo de Ucrania, Volodímir Zelenski, para que investigara a uno de sus rivales político, el exvicepresidente Joe Biden, y su hijo Hunter por presunta corrupción en ese país.

Según la oposición demócrata, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con Zelenski en la Casa Blanca a su exigencia de que Kiev anunciara que planeaba investigar a Biden, actual precandidato de su partido a las elecciones presidenciales de este año.

Tras meses de investigaciones en la Cámara Baja, finalmente se abrió el juicio político en el Senado el pasado 16 de enero, juicio que finalizó ayer y que deja a Trum más derca de la Casa Blanca para lo que sería su segundo mandato.

el discurso Horas antes, el presidente de EE.UU., Donald Trump, aprovechó la fractura que ha generado su juicio político en el Congreso para impulsar su campaña de reelección, con un discurso sobre el Estado de la Unión que fue como un "caramelo" para sus votantes y todo un revulsivo para la oposición demócrata. En su discurso anual ante los mismos senadores que votarán para, a todas luces, absolverle de los cargos políticos que enfrenta por sus presiones a Ucrania, Trump esquivó cualquier mención al impeachment, pero la tensión que ha ocasionado ese proceso de destitución flotó en el aire durante todo el acto.

El ejemplo más gráfico estuvo en su interacción con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, la misma que hace menos de cinco meses decidió investigarle por el caso de Ucrania. Si en el discurso sobre el Estado de la Unión de 2019, Pelosi llegó a protagonizar un meme por su efusivo aplauso a Trump cuando él pidió más "cooperación" bipartidista, este año fue la frialdad que se demostraron ambos lo que copó los titulares.

Cuando Trump llegó al hemiciclo y le entregó una copia del discurso, Pelosi le tendió la mano, pero el presidente se dio la vuelta sin estrechársela, un gesto "vengativo", en palabras de Aaron Kall, un experto en Comunicación Política en la Universidad de Michigan. Pero fue Pelosi quien tuvo la última palabra, y esperó al final del acto para agarrar la copia de la alocución que le había entregado Trump y romperla en dos a la vista de las cámaras, algo que justificó luego ante la prensa al tachar el discurso de "sucio".

El episodio reveló el punto al que ha llegado la polarización en el Congreso en los últimos estertores del juicio político, y dejó claro que, a nueve meses de las elecciones en las que busca su segundo mandato, Trump ha dejado atrás cualquier llamamiento al bipartidismo.

UN 'CARAMELO' PARA SUS VOTANTES "Buena parte del discurso fue un caramelo para su base de votantes más conservadora, especialmente en el tema de inmigración", dijo Kall, autor de un libro sobre los discursos sobre el Estado de la Unión.

La parte más parecida a un mitin electoral llegó cuando Trump reconoció entre sus invitados al polémico locutor de radio Rush Limbaugh, toda una estrella entre los ultraconservadores del país pero muy criticado por los progresistas debido a sus comentarios racistas. Con la ayuda de la primera dama, Melania, Trump concedió allí mismo el máximo honor que puede otorgarse a los civiles en EE.UU., la Medalla de la Libertad, a Limbaugh, que acaba de anunciar que tiene cáncer de pulmón avanzado.

para los LATINOS, CAL Y ARENA Incluso su énfasis en la buena salud de la economía, el argumento más potente de la campaña de reelección de Trump, generó abucheos por parte de los demócratas cuando el mandatario alegó que si no hubiera cambiado las políticas de su predecesor, Barack Obama, "el mundo no estaría viendo ahora este gran éxito económico".

Trump utilizó el tema del aborto para motivar a sus votantes de la derecha cristiana y el de las armas para convencer a los conservadores de las zonas rurales, aunque también tendió ramas de olivo a los votantes afroamericanos e hispanos, cuyo apoyo puede ser crucial para su reelección.

Sin embargo, Trump arremetió también contra los indocumentados "criminales" y celebró su política de mano dura con la inmigración, una postura que puede perjudicarle con los latinos en otros estados.

EL TRUMP DISCIPLINADO En la era Trump, el discurso sobre el Estado de la Unión se ha convertido en casi la única ocasión en la que el mandatario sigue el guión y se ajusta a los cánones de lo que se considera en Estados Unidos un comportamiento tradicionalmente presidencial. Aunque en esta ocasión ahondó la brecha partidista e incluso provocó que varios demócratas se marcharan en mitad del discurso, sí sorprendió a muchos al seguir el modelo del expresidente Bill Clinton en 1999 y no hablar directamente de su juicio político. Trump presumió de éxitos en todos los ámbitos, pero destacó sobre todo que ha frenado la llegada de inmigrantes sin papeles.