Londres - Boris Johnson ultima una limitada remodelación de su gabinete que será el encargado de liderar la salida del país de la Unión Europea (UE) el próximo 31 de enero, y perfila la estrategia para retener a los nuevos votantes que han abandonado al laborismo.

Los planes del primer ministro británico, que ganó con mayoría absoluta las elecciones del pasado jueves, pasan por llevar a cabo una mínima reestructuración como preludio de una extensa transformación que emprenderá tras el brexit. La remodelación puede afectar al ministerio de Cultura -cuyo titular, Nicky Morgan, dimitió antes de las elecciones-; a la cartera para Gales, ya que su antiguo responsable, Alun Cairns, también abandonó el Gobierno, y al departamento de Medio Ambiente, cuyo titular, Zac Goldsmith, perdió su escaño en estos comicios.

Los expertos señalan que una vez que el Reino Unido haya abandonado el club comunitario, Johnson quiere nombrar un número significativo de ministros que serán seleccionados en función de su experiencia y no tanto por sus habilidades con los medios de comunicación. Fuentes gubernamentales señalaron que esta remodelación “será bastante grande” y se buscarán personas “que puedan hacer el trabajo y no preocuparse tanto por los medios y las cosas a corto plazo”.

“Habrá un gabinete para llevar a cabo el brexit y luego habrá un gabinete para implementar la agenda de Boris que cambiará el país”, señalaron estas fuentes. Según el Sunday Telegraph, el polémico asesor de Johnson, Dominic Cummings, prepara una reforma radical del sistema para contratar y despedir funcionarios, de forma que pueda garantizar que los empleados públicos cumplen los planes del Gobierno.

Los cambios implicarían la supresión de algunos ministerios y la creación de nuevos departamentos en que los funcionarios podrían ser reemplazados por expertos externos de la confianza del primer ministro.

El equipo de Johnson utilizará las vacaciones navideñas para trabajar en estos cambios y definir las estrategias que le permitan llevar a cabo sus prioridades de cara a los próximos cinco años, las cuales pasan por invertir en el sistema nacional de salud y educación y mejorar la economía en zonas deprimidas del país.

Si bien la prioridad inmediata será salir de la UE en enero -lo que se presume un trámite seguro para el Gobierno debido a su amplia mayoría- después Johnson quiere emprender una serie de reformas que le permitan revalidar su mandato dentro de cinco años. Para afianzar el primero de estos objetivos, el “número dos” del Gobierno, Michael Gove, dijo que las negociaciones sobre el acuerdo comercial con la UE, que empezarán tras el brexit, acabarán al final de 2020.

Votantes Tras ello, los conservadores se proponen mejorar los servicios públicos para tratar de mantener el apoyo de los votantes de hasta 24 tradicionales bastiones laboristas, que eligieron a los tories por primera vez en casi un siglo. Johnson ha adaptado su discurso para atraer a las clases trabajadoras, especialmente de zonas mineras y postindustriales del norte de Inglaterra y Gales, que hasta ahora constituían el conocido como “muro rojo” por su predilección laborista, pero que esta vez han puesto por delante su deseo de ver materializado el brexit.

Para retener estos apoyos, Johnson se ha comprometido a impulsar una mejora del sistema de salud y ha anunciado que obligará por ley al Gobierno a cumplir con el compromiso de aumentar el gasto sanitario hasta en 33.900 millones de libras (40.600 millones de euros) para 2024. Lo siguiente será transformar la economía británica más allá de Londres, de modo que las zonas menos privilegiadas puedan beneficiarse de empleos tecnológicos. - Efe