Varsovia - El partido que Gobierna Polonia, la fuerza nacionalista y conservadora Ley y Justicia (PiS), resultó ayer reelegido con el 43,6% de los votos, según el sondeo a pie de urna elaborado por el instituto IPSOS para los medios locales tras el cierre de los colegios. La alianza liberal de centro-derecha Coalición Ciudadana (KO), sería la segunda fuerza más votada con un 27,4% de los sufragios, mientras que la coalición de izquierdas habría quedado tercera con el 11,9% de los apoyos.

Esta victoria refuerza la posición de los ultraconservadores polacos en su posición ante la Comisión Europea(CE), con la que mantiene un pulso por el control político de Varsovia sobre la judicatura. La Comisión Europea anunció el pasado 10 de octubre que llevará al Gobierno polaco ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea porque su legislación no ofrece garantías de que los magistrados de este país estén protegidos del control político y pone en duda la independencia de la judicatura.

Quizá la clave para entender el gran apoyo a Ley y Justicia es, según la socióloga Karazyna Nowak, la forma en la que el Gobierno polaco ha sabido capitalizar el crecimiento económico que ha experimentado el país en las últimas décadas. “PiS transmite el mensaje a la población polaca de que bajo su gobierno vive mejor, algo que parte de la población cree o ciertamente experimenta”, explica Nowak. En la misma líena, el periodista del diario Rzeczpospolita Jedrzej Bielecki explica que “durante 25 años Polonia ha seguido una política liberal, pero con PiS hemos vivido un cambio total y hemos pasado a lo que se podría llamar capitalismo social, una fórmula más inclusiva que intenta que todos sean parte del desarrollo económico”.

Lo que queda patente es que PiS es inmune a las críticas que le llegan desde Bruselas y sus apoyos no merman o incluso crecen pese a las acusaciones de amenazar la democracia, vulnerar el estado de Derecho o menoscabar la separación de poderes con, por ejemplo, su reforma judicial. Sobre ésta, la CE denunciaba el pasado jueves que “la nueva legislación polaca permite que los jueces ordinarios sean objeto de investigaciones, procedimientos y sanciones disciplinarias sobre la base del contenido de sus resoluciones judiciales”.

La Comisión había abierto el procedimiento de infracción por este motivo en abril de este año, cuando consideró que Polonia no cumplía con sus obligaciones de consagrar el derecho a un recurso efectivo ante un tribunal independiente ni el de los tribunales a solicitar sentencias preliminares a la Justicia europea. Bruselas dio desde entonces varios plazos a Varsovia para presentar su punto de vista y defenderse, pero, según informó la Comisión, sus respuestas “no despejan las reservas” de Bruselas.

Por ello, el caso llega ahora al Tribunal de Justicia de la UE, que ya está examinando otras denuncias de Bruselas a Varsovia por vulnerar el principio de independencia judicial con su ley del Tribunal Supremo, que entre sus puntos más polémicos adelantaba la edad de jubilación de los magistrados y forzaba la salida de parte de ellos. En diciembre de 2017, la Comisión puso en marcha el artículo 7 de los tratados europeos contra Polonia, un proceso legal que podría retirar a Varsovia su derecho a voto en la UE, debido a sus polémicas reformas del sistema judicial.

En una reciente entrevista con Efe, el ministro polaco de Exteriores, Jacek Czaputowicz, recordó que “el artículo 7 contempla que si la Comisión Europea tiene dudas sobre el Estado de Derecho, puede remitir el asunto al Consejo, que toma la decisión final”. “Sin embargo -añadió-, la CE no lo ha hecho, en nuestra opinión porque sabe que perdería la votación”. “Nuestro sistema para proponer jueces es análogo al que existe en España y está menos politizado que el de, por ejemplo, Alemania”, subrayó Czaputowicz. Con esta victoria, el Pis recibe de la población polaca un aprobado para sus polémicas reformas. - Efe