roma - La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, ha recordado a los responsables del Open Arms que el Gobierno español ha ofrecido todas las soluciones a su alcance para facilitar el desembarco de los ocupantes de la embarcación y se ha preguntado "que más puede hacer España". Ha asegurado, además, que el barco pudo haber entrado en Malta" para desembarcar a los migrantes pero "se fueron para Italia".

Según sostuvo en su momento el Open Arms, Malta solo permitía la entrada a sus puertos para desembarcar a los 39 migrantes de un segundo rescate realizado el día 10 de agosto pero no de los otras 121 personas que ya permanecían en el barco desde principios de agosto. Esta opción fue descartada por la organización por entender que podría provocar altercados en el barco.

Sin embargo, según ha explicado Calvo en una entrevista en la Ser recogida por Europa Press, la solución de Malta "estaba ahí" y desde el Gobierno español se "estuvo trabajando todo el tiempo" para realizar el reparto de estos migrantes. "Malta siempre dijo que no se quedaba con los migrantes, sino que se hiciera el reparto en el que participaba Francia, Alemania, Rumanía, Luxemburgo, y España".

Sin embargo, según Calvo, el Open Arms "no quiso entrar en Malta, se fue para Italia con el pronunciamiento judicial de que le dejaban entrar en aguas italianas, pero no se aclaraba si podía desembarcar, que es a lo que se ha acogido Salvini".

Por ello, para la vicepresidenta "no es fácil entender que estos migrantes que están una situación muy difícil y tienen garantizada una travesía a puertos que están preparados para ellos" no acepten la oferta de España. "Hemos ofrecido el puerto más cercano, no podemos llevar nuestros puertos a Italia", ha insistido la portavoz del Ejecutivo para preguntarse posteriormente "qué le queda" al Gobierno español.

Para Calvo tampoco resulta convincente el argumento del Open Arms de que la situación de estrés de los 107 migrantes que continúan en el barco no les permite emprender rumbo a un puerto español. "Entiendo que la situación es crítica por la incertidumbre y desesperanza de que no pueden entrar en un puerto, pero una vez que el barco coja rumbo a un puerto seguro con todo tipo de ayuda y con los migrantes tranquilos no entendemos que haya ningún problema", ha explicado. Asimismo, ha insistido en que por parte del ejecutivo se les ha ofrecido todo tipo de apoyo" para realizar la ruta.

La número dos del Gobierno de Pedro Sánchez ha defendido en todo momento la labor de España frente a Italia con cuyo gobierno ha asegurado que ha estado hablando "todo el domingo y todo el sábado". "Nuestro Gobierno hace una labor ejemplar en este momento", ha dicho.

La vicepresidenta ha reclamado una política común de coordinación europea en materia de inmigración. Ha insistido en que esta es una política común y que España está respondiendo a una "crisis humanitaria". "Cada día pasan por el Estrecho muchos inmigrantes y ahí no hay focos y lo hacemos cada día", ha defendido.

En cuanto a las críticas recibidas desde la Junta de Andalucía por haber ofrecido el puerto de Algeciras sin comunicárselo. Calvo ha recordado que los puertos son competencia del Estado al igual que la política migratoria y ha puesto como ejemplo la actitud de la presidenta de Baleares, Francina Armengol, que ha expresado su colaboración al Gobierno central. "Algeciras es el puerto habilitado para estas funciones y dispone de todos los medios rápidos de recepción, pero ofrecimos Baleares porque es el más cercano", ha precisado.

EL OPEN ARMS "NO TIENE LICENCIA PARA RESCATAR" Sobre la petición del fundador de la ONG Proactiva Open Arms de reunirse con el presidente Pedro Sánchez, la vicepresidenta ha explicado que ha sido el ministro de Fomento el que se ha reunido con Òscar Camps que es "con quien le corresponde sentarse". Asimismo, ha recordado al fundador de la ONG que su barco "tiene licencia para salir en ayuda humanitaria, no para rescatar".

La vicepresidenta del Gobierno en funciones se ha referido también a las palabras vertidas en un tuit por el diputado de Ciudadanos Marcos de Quinto en el que se refería a los migrantes del Open Arms como "pasajeros biencomidos".

"Esas declaraciones retrata más a quien lo dice que a quien se dirige", ha aclarado Calvo que además ha criticado la deriva del partido naranja. De Quinto ha hecho uso, según la vicepresidenta, de una "libertad de expresión poco respetuosa con los demás" que "forma parte del arrastre al que Ciudadanos ha llevado sus mensajes propios de la ultraderecha".

DOMINGO BAJO TENSIÓN La incertidumbre rodea la suerte del Open Arms, que al cierre de esta edición seguía esperando junto a Lampedusa (Italia) poder desembarcar a 107 migrantes, tras haber rechazado navegar hasta el puerto español de Algeciras (sur) por su lejanía y por las condiciones “críticas” que se viven a bordo, y después de que España ofreciera otro puerto más cercano en Baleares, concretamente los de Palma de Mallorca, en Mallorca, o en el de Mahón, en Menorca.

El barco español insistía en desembarcar a estas personas en Lampedusa o, en su defecto, que sean transferidas a otro navío que pueda hacer la travesía más rápida y en mejores condiciones.

Así, inicialmente el Gobierno español ofreció ayer al Open Arms el puerto más cercano que encuentre en su ruta hacia España como alternativa al de Algeciras (Cádiz), que le brindó en un primer momento pero que la ONG rechazó por la lejanía y el estado de los inmigrantes que quedan a bordo y a los que ha pedido poder desembarcar en Italia.

El Ejecutivo lanzó su nueva oferta a través de dos comunicaciones de Marina Mercante, que al cierre de esta edición aún no habían sido respondidas, en las que preguntaba a la ONG qué consideraban necesario “para que el viaje se realice en condiciones seguras” y en las que se les ofrecía el puerto más cercano como alternativa al de la localidad gaditana.

Algeciras era la primera opción propuesta en la mañana de ayer por el jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, “ante la situación de emergencia” que se vive a bordo del buque, que lleva 18 días esperando poder atracar en un puerto, los tres últimos a tan solo 150 metros de la isla italiana de Lampedusa.

Sin embargo, la respuesta de la organización fue que es “inviable” navegar las casi mil millas que separan la nave de Algeciras y prolongar la agonía de los rescatados otros cinco días más. “Después de 26 días de misión, 17 de espera con 134 personas a bordo, una resolución judicial a favor y 6 países dispuestos acoger, ¿quiere que naveguemos 950 millas, unos 5 días más, a Algeciras, el puerto más lejano del Mediterráneo, con una situación insostenible a bordo?”, contestó al Gobierno el director de la organización, Óscar Camps, a través de Twitter.

En todo caso, en el documento enviado a las autoridades italianas y al Centro de Coordinación Marítima español, el capitán del barco insistía en la necesidad de desembarcar a estas personas en el puerto europeo más cercano o, al menos, trasladarlas “a un barco adecuado para llegar al puerto español en poco tiempo y compatible con la situación actual”.

Así, la nave, que seguía al cierre de esta edición sin levar anclas, había enviado una solicitud urgente para ir al puerto de Lampedusa y desembarcar a estas 107 personas, cuyas condiciones psicofísicas son “críticas” y cuya seguridad está en riesgo. Si sucede lo peor, Europa y Salvini serán responsables”, tuiteó la ONG.

En un primer momento, a pesar de la negativa, el Centro Nacional de Coordinación de Salvamento instó al Open Arms a poner rumbo a Algeciras, pero fuentes del Gobierno apuntaron que “técnicamente” se trata de una orden pero supeditada al criterio del capitán quien, en el caso de decir que no puede zarpar por seguridad, Marina Mercante no puede obligarle a ello.

La oferta de un puerto llegó de forma paralela a un aviso por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores de “actuar ante la Unión Europea o ante las instituciones garantes de los derechos humanos y del derecho marítimo internacional, contra la actitud mantenida por el gobierno italiano”.

La decisión del Gobierno de proporcionar un puerto al Open Arms aun sabiendo que los españoles “no son ni los más cercanos ni los más seguros” se produjo ante el cerrojazo del ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, de permitirle atracar en Lampedusa.

“La situación de los migrantes del Open Arms ha causado desde el primer momento una gran preocupación en el Ejecutivo, cuyo propósito ha sido encontrar la mejor solución común”, aseguraba el Gobierno, comprometido junto a los de Francia, Alemania, Portugal, Rumanía y Luxemburgo a acoger a estas personas una vez pisen tierra.

Las reacciones a la decisión del Gobierno no se hicieron esperar en España. Desde la Junta andaluza, el presidente, José Manuel Moreno, acusó al jefe del Gobierno de “despreciar a Andalucía” ofreciendo el Puerto de Algeciras “sin dirigirse al Gobierno autonómico”. En la misma línea, el alcalde de la localidad gaditana, José Ignacio Landaluce (PP), reconoció que “nos encontramos ante una grave crisis humanitaria, pero Algeciras no puede convertirse en el lugar predilecto del Gobierno del señor Sánchez para llevar a cabo este tipo de operaciones, máxime cuando existen otras alternativas en el Mediterráneo”.

Fuera del PP, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, consideró que la propuesta llega “demasiado tarde”: “Por eso ofrecimos el puerto de Barcelona hace 12 días. Hay vidas en peligro y están frente a Lampedusa (Italia)”, recordó en Twitter.

También Vox reaccionó a la decisión del Gobierno, de forma que el diputado por Cádiz Agustín Rosety Fernández de Castro le acusó de colaborar con el “tráfico ilícito de personas”. “Los españoles y los gaditanos no se merecen esto”, concluyó.

Por otra parte, las autoridades francesas se comprometieron ayer a acoger a 40 de los rescatados por el Open Arms una vez llegue a puerto.

Francia concreta así su contribución al reparto de los migrantes del barco de la ONG española. Esas 40 personas deberán cumplir los criterios para poder solicitar asilo en Francia. De hecho, está previsto que se desplacen hasta el puerto elegido para el desembarco agentes de la Oficina Francesa de Protección de Refugiados y Apátridas (OFPRA). - Efe