Teherán - El comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salamí, aseguró ayer que Irán no teme una guerra pero Estados Unidos sí, al tiempo que advirtió de que Oriente Medio puede convertirse en “un polvorín” para Washington. “Nosotros no buscamos la guerra, pero tampoco la tememos. Esta es la diferencia con ellos (los estadounidenses), que tienen miedo de la guerra y no tienen voluntad para ella”, subrayó en un discurso durante una ceremonia militar difundido por la televisión estatal.

Salamí alertó de que cuando la amenaza es lejana, las fuerzas iraníes solo planean una respuesta a nivel estratégico, pero “cuando se acerca”, también se activan “en los niveles operativos”. Washington ha decidido enviar al golfo Pérsico el buque de asalto anfibio USS Arlington, el portaaviones USS Abraham Lincoln y cazabombarderos, y designó el mes pasado a los Guardianes de la Revolución grupo terrorista.

La tensión aumentó la última semana tras el sabotaje a cuatro petroleros en un puerto emiratí y los ataques con drones a un oleoducto saudí, del que Riad acusó a Irán de haber ordenado esta acción a los rebeldes hutíes del Yemen. Al respecto, Salamí destacó el temor de Washington y sus aliados a “los ataques de grupos de resistencia” y al creciente número de jóvenes musulmanes que “anhelan una batalla contra Estados Unidos e Israel”.

“La filosofía de los estadounidenses es saquear naciones y allanar el camino para la esclavitud moderna y el dominio unilateral, y esa filosofía política genera guerra, no poder”, sentenció. Pese a toda esta retórica, la mayoría de las autoridades iraníes han descartado una guerra con Estados Unidos, desde el líder supremo, Ali Jameneí, como el ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.

Jameneí afirmó que el enfrentamiento no es militar sino “un choque de voluntades: Ni nosotros ni ellos estamos buscando una guerra”, aseveró.

Del lado estadounidense, surgieron rumores de que el presidente, Donald Trump, está frustrado con algunos de sus asesores partidarios de la línea dura contra Irán porque cree que Estados Unidos se está precipitando hacia una postura demasiado beligerante, pero el mandatario lo negó. Sin embargo, Trump ha asegurado que no busca una guerra y que está dispuesto a negociar con los líderes iraníes, pero desde Teherán por ahora descartan al menos públicamente esa opción.

Por su parte, el ministro de Estado de Asuntos Exteriores saudí, Adel al Yubeir, señaló ayer que Arabia Saudí no busca iniciar una guerra con Irán, aunque responderá “con firmeza” a cualquier amenaza de ese país en un momento de tensión entre ambas naciones, principales rivales en Oriente Medio. “Las manos de Arabia Saudí se extienden para la paz que buscamos conseguirla, mientras que el régimen iraní no busca la paz en la región”, añadió Al Yubeir en una rueda de prensa en Riad, y añadió que “Arabia Saudí no busca la guerra, pero responderá con firmeza ante cualquier amenaza”.

“No permitiremos a Irán llevar a cabo actos hostiles contra el reino. El reino responderá con toda la fuerza y firmeza si la otra parte escoge la guerra”, indicó. Riad ha acusado a Teherán de ordenar el ataque el pasado 14 de mayo contra dos estaciones de bombeo de petróleo de la compañía estatal Aramco y que fue asumido por los rebeldes chiíes hutíes, a los que Arabia Saudí dice que están respaldados por Irán. - Efe