París - El Gobierno francés ha anunciado que la reconstrucción de la aguja de la catedral de Notre Dame se hará a partir de un “concurso internacional” de arquitectura y mantiene el compromiso de concluir los trabajos de recuperación del templo en cinco años, como prometió el martes el presidente, Emmanuel Macron.

El primer ministro galo, Edouard Philippe, compareció ayer ante los medios al término de un Consejo de Ministros dedicado exclusivamente al futuro de Notre Dame, parcialmente destruida por el fatídico incendio que se originó de forma fortuita el lunes por la tarde y extinguido en la madrugada del martes.

La estructura general del templo se ha salvado, así como elementos clave como los rosetones, pero no así parte de la cubierta y emblemas como la aguja. Philippe ha anunciado un “concurso internacional de arquitectura” en busca de ideas para el caso de la aguja, informó France Info.

El Gobierno espera poder cumplir con la promesa de Macron de concluir los trabajos en cinco años a pesar de que algunos expertos han apuntado que no será antes de una década. “Es un desafío inmenso”, admitía ayer Philippe, y no tiene por ahora ninguna estimación sobre lo que pueda costar la ambiciosa rehabilitación. No obstante, lo que sí prometió el primer ministro es que “cada euro donado servirá para la reconstrucción, y no para ninguna otra cosa”.

El Ejecutivo tiene previsto aprobar una nueva normativa para favorecer la “transparencia” de las donaciones, que serán gestionadas a través de cuatro organismos que colaborarán con el Estado: La Fundación Notre Dame, la Fundación del Patrimonio, la Fundación de Francia y el Centro de Museos Nacionales.

Philippe ha publicado en redes sociales el enlace a la nueva web (www.gouvernement.fr/rebatirnotredame), con un mensaje en el que llama a participar en la reconstrucción. El presidente, Emmanuel Macron, aspira a que el proceso pueda quedar concluido en cinco años,

“Como el presidente de la República ha prometido, la catedral será reconstruida integralmente. Pero esta reconstrucción tiene un coste. Por eso necesitamos la generosidad de todos”, reza el texto que acompaña el llamamiento del Gobierno francés.

Las donaciones prometidas en estos últimos días, cimentadas principalmente en empresas y grandes fortunas, se acercaban ayer a los 900 millones de euros.

Por su parte, la familia Pinault, que anunció una donación de 100 millones de euros, ha confirmado ahora que también renunciará a las deducciones fiscales que pueda obtener, según la emisora Europe 1.

Philippe explicó durante su comparecencia que se aplicará una deducción del 75 por ciento para todas las donaciones particulares que no superen los 1.000 euros y que, a partir de esa cantidad, se devolverá el 66 por ciento de los fondos depositados.

El primer ministro aprovechó igualmente para dar las gracias a los “millones de personas” que durante estos últimos días han trasladado sus “mensajes de amistad” a Francia y recordó que Notre Dame sigue en pie gracias a la labor de los servicios de emergencia.

“La historia recordará que los Bomberos de París salvaron Notre Dame y los tesoros artísticos, históricos y espirituales que albergaba”, destacó el primer ministro galo.

Reconstrucción Entre tanto, los arquitectos han abierto una reflexión sobre la conveniencia de no limitarse a reproducir de forma idéntica materiales y técnicas medievales. “Para nosotros, el objetivo no es ir lo más rápido posible”, al tratarse de un edificio que debe durar siglos, explica el presidente del Colegio de Arquitectos francés, Denis Dessus.

Macron se marcó este martes como meta que Notre Dame esté lista para los Juegos Olímpicos de París en 2024, pero la arquitecta Christiane Schmukle Mollard, que ha trabajado en la renovación de la catedral de Estrasburgo, muestra sus dudas de que se pueda acabar en cinco años, y calcula que “harán falta tal vez diez para los detalles”.

Para Schmukle Mollard, una cuestión fundamental para avanzar rápido es que todas las empresas implicadas se constituyan en un grupo integrado. Al mismo tiempo, señala que una concentración de especialistas en ese tipo de restauraciones en Notre Dame podría suponer retrasos en otras obras patrimoniales.

El copresidente de la organización de empresas de restauración de monumentos históricos Frédéric Létoffé estima, por su parte, que el tiempo “razonable” de una restauración sería “entre diez y quince años”.

Dessus pone el acento en que lo que hay que hacer en primer lugar es consolidar el edificio y hacer un diagnóstico preciso de su estado, teniendo en cuenta que ha sufrido dos impactos, el del fuego pero también el del agua utilizada en la extinción.

Solo después llegará el momento de abordar el proyecto arquitectónico y entonces también habrá que tomar la decisión sobre si se busca reproducir el perfil medieval de Notre Dame, acercarse a la arquitectura neogótica planteada en el siglo XIX por Viollet-Le-Duc o dar una interpretación más contemporánea.

Por su parte, el inspector general de los monumentos históricos, François Goven, está convencido de que “la importancia simbólica hará que se reconstruya de forma bastante fiel” para borrar rápidamente la cicatriz del siniestro. - Efe