Bilbao es el nombre de nuestra Villa y urbe y, por extensión, el patronímico de sus hijos pero también de ciertos lugares públicos y privados que, repartidos por el mundo, pudimos conocer hace algunos meses. Hoy lo que aquí traemos es una relación de entidades que, a partir de mediados del siglo XIX con el desarrollo del registro de marcas, incorporan el nombre Bilbao a su denominación. Un amplio abanico de sociedades, firmas y compañías de muy diversa índole que han querido remarcar su procedencia, entronque o incluso su vocación de bilbainía.

Un listado abierto, más diverso que amplio y que no pretende ser exhaustivo y menos desde la creación en 1997 del Museo Guggenheim Bilbao, así denominado por el interés de las autoridades vascas en entroncarlo con la ciudad, que lo acogía asegurándose así la proyección internacional de la misma y su hinterland. Desde entonces, tanto las entidades públicas como las privadas han utilizado con desmesura y reiteración Bilbao como nombre o apellido de sus sociedades y empresas. Valgan de ejemplo Bilbao Turismo S.A., Metro Bilbao, Bilbao Air, Bilbao International Exhibition Centre, Bilbao City Council, Limpiezas Bilbao, Área Bilbao, Creaciones Bilbao, Bilbao, Bilbao Golf o Bilbao Arte… saltando incluso a la red con portales como bilbaoweb, bilbaomarket, florbilbao o el foráneo bilbaoriginal, lo que obliga, aún más, a hacer una selección siempre subjetiva y limitada en el tiempo con el fin únicamente de dar unas pinceladas sobre la marca Bilbao con anterioridad a la década de los 90.

El Bilbao empresarial Bilbao como marca societaria tendrá sus primeros exponentes en pleno periodo de industrialización con la explotación de las minas de hierro de Somorrostro, cuyo mineral bajo en fósforo era codiciado por la pujante industria europea del acero para alimentar sus hornos Bessemer. Así, en 1871 se constituye la Bilbao Iron Ore & Cº. con un capital de 500.000 libras suscrito por dos de los grandes industriales del acero inglés, Brown y Fowler, y Simón de Ochandategui, dueño de concesiones mineras en la ladera oeste del monte Triano, construyendo tras la 2ª Guerra Carlista un ferrocarril de vía estrecha de 22,236 km. que, a finales de siglo se llamó Bilbao River and Cantabrian Railway Co. Ltd., enlazando la cuenca minera con la dársena de la playa de Sestao (La Benedicta), donde se situaron cinco cargaderos para embarcar el mineral con destino a Inglaterra.

Paralelamente la ría de Bilbao, tradicional puerto comercial y en este fin de siglo también industrial, verá proliferar a las compañías navieras que a raíz de la subida de los fletes y la ley proteccionista de 1909 se harán con el tráfico internacional de altura y cabotaje. Entre las dedicadas al transporte de hierro y carbón estará la Compañía Marítima Bilbao S.A. fundada en 1917 y propietaria de una flota mercante constituida por el Sendeja, Indauchu, Zabalbide y el Achuri, éste último uno de los pocos buques que durante la Guerra Civil siguió transportando mineral de hierro a Inglaterra hasta su apresamiento por el acorazado España. Durante la 1ª Guerra Mundial este tráfico marítimo, beneficiado por la neutralidad española, propició la creación de empresas dedicadas al seguro marítimo como Bilbao Compañía Anónima de Seguros, conocida popularmente como Seguros Bilbao que, tras la crisis económica de los treinta, amplió y diversificó su ámbito de actuación, siendo en la actualidad una compañía líder en el sector.

Un poco más al interior, en el corazón de las Siete Calles origen de la tradición comercial bilbaina, se situó a principios de siglo el Bazar Bilbao de Lorenzo Larrinaga, un comercio de quincalla cuyos escaparates se llenaban en época navideña de muñecas y trenes con sus locomotoras movidas a cuerda o vapor ante la admiración de niños y grandes. Un establecimiento que, además del rótulo con el nombre Bilbao, lucía en sus persianas metálicas una gran bandera bilbaina. En las décadas siguientes otros despachos comerciales se sucedieron por la nueva geografía urbana del Ensanche con una oferta acorde con los nuevos hábitos de consumo. Surgen así firmas como Confecciones Bilbao de Muriel y Fernández; Agencia Bilbao de compra-venta de fincas; Foto Bilbao, reporteros de bodas y acontecimientos sociales; el almacén Serrín Bilbao con reparto a domicilio; Bilbao Industrial dedicada a la venta de grafito; Garaje Bilbao, estación de engrase y reparación de automóviles, o más recientemente Bilbao Hoteles o proyectos como Grupo Bilbao Berriak que, con raíces en la hostelería bilbaina, han copado la restauración del pintxo y la cazuelita en la ciudad condal, para finalizar con sociedades como Bilbao Dendak que aglutina las Asociaciones de Comerciantes del Botxo con más de 2.000 establecimientos y los representantes de las instituciones públicas relativas al sector. Ámbitos, todos, necesitados de financiación, lo que ha generado en la Villa la creación de cajas de ahorros, la Municipal de Bilbao (1907) y la Vizcaína (1921), cuya fusión en 1990 generó la Bilbao Bizkaia Kutxa, una caja competitiva y comprometida con el Territorio que destina el ahorro a la inversión productiva y el beneficio a obra social.

El Sport El dinamismo económico junto con el importante aumento de población y el poder adquisitivo de la burguesía bilbaina propiciaron, en torno a 1900, nuevos hábitos de ocio y diversión, los más con una clara influencia británica, como la novedosa práctica del sport, aglutinando una amplia gama de deportes que, en un primer momento, serán fuente de desafíos entre la colonia inglesa y los hijos de la burguesía que educados en el extranjero se sintieron atraídos por la vela, las carreras, el criquet, el rugby o el foot-ball. En su implantación se crearon sociedades como el Bilbao Cricket Club integrado por ingenieros ingleses que trabajaban en la industria siderúrgica, y que disfrutaban de sus partidos dominicales en el terreno de Luchana propiedad de AHV, compitiendo contra los equipos del Club Británico de Biarritz y de Burdeos. En las lides del balompié se constituyeron oficialmente dos equipos: el Athletic Club, fundado en el Café García por un grupo de deportistas del Gimnasio Zamacois, y el Bilbao Football Club, instituido en el algorteño chalet de José Luis de Villavaso por un grupo de jóvenes locales (Ramón de Aras Jauregui, Luis y José Arana, Ricardo Ugalde, Enrique Careaga, M. Ansoleaga, Manuel y Carlos Castellanos, Antonio Guinea y José Zulueta) y británicos (Charlton Levick, Evans, J. Langford, Luis Dyer y Butwell) que jugaban al balón en los arenales de Zugazarte. El Bilbao F.C. fue el principal rival del Athletic pero también su aliado en los certámenes nacionales e internacionales bajo el nombre de Team Bizcaya, consiguiendo el primer trofeo oficial de la historia del fútbol español, celebrado en 1902 con motivo de la coronación de Alfonso XIII. El 29 de marzo de 1903 los socios del Bilbao F.C. se integraron en el Athletic al estimar que «concurrían en él, méritos y entusiasmos sobrados para que la nueva sociedad siguiese ostentando como únicos el nombre y los colores del viejo club bilbao». Desde entonces el Athletic ha utilizado el nombre Bilbao en varias competiciones pero desde la temporada 1966-67, es la denominación oficial de su filial, el Bilbao Athletic queriendo con ello homenajear al antiguo compañero de fatigas en las lides del balompié.

Iniciativas para el desarrollo del sport las hubo de todos los tamaños y condición y entre ellas se encuentra el Bilbao Club Sport con sede en el camarote del nº 1 de Bidebarrieta, promovida por Luis Abendaño y Eusebio Muñozguren con el fin de fomentar y practicar el montañismo y el fútbol. Una agrupación tan chiquitica que todos sus miembros eran directivos y donde, desde sus inicios, hubo poco fútbol y mucho montañismo. Años después ocuparían cargos directivos en el Alpino Bilbao Club fundado el 25 de abril de 1924 por un grupo de amantes del alpinismo en la relojería de Francisco Pérez Arias, nº 3 de la calle Conde Mirasol. Desde sus inicios ha tenido un gran peso dentro del montañismo vasco, ya que en 1925 participó en Elgeta en la constitución de la Federación Vasco Navarra de Alpinismo. En la década de los 50, la sociedad compró dos refugios de montaña, uno en Egiriñao -Gorbea, al que llamaron Luis de Abendaño, y un segundo, en Ganekogorta, denominado Iturriotz, que quedó destruido en las inundaciones de 1983. El Club ha tenido diversas sedes desde aquella primera, en la Joyería junto al puente de San Francisco, hasta la actual en Zabalbide 15, pero ello se debe a la pujanza de sus asociados y al elevado número de ascensiones practicadas por sus miembros.

Ya en los orígenes del sport bilbaino los tertulianos de la Sociedad Bilbaina discutían sobre cuál de los deportes del balón debía prevalecer, el rugby o el foot-ball y, aunque no hay duda de quién fue el vencedor, "el juego de villanos jugado por caballeros" ha tenido su capítulo dentro del deporte vizcaino. Uno de sus protagonistas ha sido el Bilbao Rugby Club fundado en 1968 bajo la presidencia de Charles Nicholson, a la sazón vicecónsul británico para asuntos económicos. Con equipo en todas las categorías: cadete, juvenil, sénior y veteranos, participó en Liga, Copa y Superliga, siendo sus principales trofeos la Copa Bizkaia y semifinalista de Copa Federación Española en la temporada 1994-95 y torneos de prestigio como Gijón o Pamplona. En junio del 2000 se fusionó con el otro club bilbaino superviviente, el Universitario XV Rugby Taldea formado por estudiantes de ingenieros, logrando el ascenso a 1ª división nacional con la denominación de Universitario Bilbao Rugby. Actualmente juega en el Fango y desde hace 9 años tiene una escuela para la promoción de este deporte, Bilbao Rugby Eskola.

No se puede terminar este apartado sin nombrar las carreras ciclistas y de motor que, aunque no han generado ninguna agrupación Bilbao, sí crearon a partir de 1933 varios eventos en modalidades deportivas diferentes, denominados Gran Premio Bilbao: la ciclista, organizada a iniciativa del Club D. Txapel Gorri y continuada por la Sociedad Ciclista Bilbaina, y la de motos, organizada por la Peña Motorista de Vizcaya. Ambas, aunque con continuas interrupciones, se han celebrado, con gran éxito de público hasta la década de los 80.

Artes y la Comunicación Bilbao como nombre artístico ha sido utilizado tanto por intérpretes musicales llámese Bilbao Band u Ochote Bilbao, éste último formado por voces graves de la Sociedad Coral de Bilbao, como por artistas del fuego y el pincel como Arturo Acebal Idigoras, Ramón Barreiro y Antonio Santafé Largacha que, asociados con miras anticompetitivas en el Grupo Bilbao, expusieron colectivamente entre 1956 y 1969 en La Coruña, Madrid, Barcelona y San Sebastián. Sin parentesco alguno, hay actualmente otro Grupo Bilbao, éste en Madrid, que aglutina a poetas y literatos gallegos que se expresan en su lengua y se reúnen en el Café Comercial de la Glorieta de Bilbao, de donde toman su nombre. Pero de todos ellos los que perviven con más fuerza en el recuerdo de nuestra ciudad son los Hermanos Bilbao, el dúo de payasos formado por Manuel Ruiz de Umaran en el papel de listo o enharinado, y el tonto o augusto Jesús Prados Casadamón que, a partir de su debut en el Coliseo Albia el día de Reyes de 1948, fueron presentados en los grandes circos (Americano, Segura, Hervás y Corzana) como "los payasos bilbainos de las mil ocurrencias". Pero si por algo son y serán recordados es por su dedicación a los enfermos a los que hicieron reír en sus periódicas visitas a los hospitales y sanatorios de la Villa.

A modo de cierre de esta pequeña incursión sobre entidades Bilbao, no podemos olvidar a Radio Bilbao, sintonía que, en sus comienzos allá por 1933, reunía a la familia en torno al aparato de radio con los jueves infantiles, los concursos, las retrasmisiones del Athletic o el parte de noticias. Con la SER llegaron nuevos programas como la cabalgata fin de semana, las radionovelas y la FM con los 40 principales que hacían menos tediosas las interminables tardes de estudio. Pero Radio Bilbao ha sido además la plataforma que ha aliviado los desastres con programas especiales pro-damnificados o ha generado ilusión en los bilbainos con la promoción de varias generaciones de gigantes y cabezudos, la cabalgata de reyes, el PIN o las becerradas, razones por las que en 2008 fue designado Ilustre de Bizkaia. Sin pasar el testigo pero acorde con la nueva era de la información comparte apellido, desde 1992, con una emisora de televisión local, TeleBilbao.