Desde Gallarta, Amaia Santamaría comparte su tiempo como profesora de primaria y su pasión por la música, que le ha llevado a ser la propuesta más votada por el público en el concurso MUSIKA KM0 impulsado por Grupo Noticias en colaboración con la cerveza 18/70. Amaia, cantautora de hechuras clásicas y baladísticas, se muestra satisfecha por el triunfo, que le hará actuar en vivo hoy jueves en Bilborock. “Escribo sobre lo que me mueve por dentro, la música es una forma de comunicarme”, asegura la compositora, guitarrista, pianista y cantante.
Contenta ¿no?
Súper contenta, pero ha sido algo inesperado porque me apunté al concurso gracias a una amiga. No lo medité mucho, la verdad.
¿Y con ganas de ofrecer sus canciones en Bilborock?
Sí, sobre todo de compartir un rato de música con mis amigos, con Zuhaitz Fernández, Jokin Otsoa y Hugo Estébanez, que estarán allí conmigo. Aitor Goitia, otro de los habituales y que triunfó en el concurso Salto a la Fama, no podrá estar porque vive en Madrid. Compartir con ellos me hace disfrutar, que es lo que busco con la música; y hacerlo tanto con los amigos con el público.
¿Qué le aporta compartir escenario?
Son amigos, las personas que han confiado más en mí cuando yo no lo hacía. Fueron un apoyo siempre ante mis dudas. He tenido muchísimas, soy una persona muy insegura. Además, tocar con ellos es muy fácil, tienen una escucha brutal y conectamos muy bien entre nosotros.
¿Qué es cantar para usted, una necesidad?
Es algo que me mueve el corazón por dentro y que me pone contenta. Lo sentí desde bien chiquitita desde el ámbito familiar, pero es casi imposible dedicarse a ella profesionalmente y se ha acabado convirtiendo en una afición a la que dedicas menos tiempo que al ámbito laboral, lo que me pesa un poco. Es aquello de trabajar para vivir o viceversa. A mí me gusta mi trabajo, pero dedicarle ocho horas hace que no dedique a la música el tiempo que me gustaría.
"Cantar es algo que me mueve el corazón por dentro y que me pone contenta"
¿Cuándo y cómo empezó a desarrollar esa pasión?
El primer fogonazo que me viene a la cabeza es el conservatorio, cuando era una niña. Estudié piano en Bilbao y luego canté en la Sociedad Coral de la capital. Guardo buenos recuerdos, la verdad, pero esa música era demasiado académica y exigente. Eso sí, adquirí unas herramientas que me sirven hoy en día para poder componer.
¿Y el cambio a la composición, tuvo algún modelo?
Pues sí, una cantautora a quien admiro muchísimo y que se llama Carmen Boza. No es que quiera hacer lo de ella, ya que ella juega en Champions League, pero sí me movió de alguna manera a la hora de escribir canciones. Ella compone lo que le mueve a ella y me admira que no escriba para y por el resto. Me gusta esa forma de comunicarme con la gente, sigo esa línea.
Canta “soltar todo lo malo, reflexionar y aprender de lo pisado”.
Efectivamente, la música sirve para conocernos a nosotros mismos. Cada canción es la consecuencia de un proceso interno que vas viviendo, pensando y sintiendo. Ahí vuelco lo que siento.
"Cada canción es la consecuencia de un proceso interno que vas viviendo, pensando y sintiendo"
“Me desnudé”, canta también. ¿Se vuelca sin miedos?
(Risas). Eso viene de una experiencia personal algo baja, de casi depresión. En esa desnudez, en contar lo personal está también lo bonito de la música. Al final, si escribes para el resto, no sale tan de dentro lo que escribes y cantas, y queda más vacío. No entiendo la música así, sino el escribir partiendo de mis vivencias personales. Luego, la gente las puede escuchar y acogerlas. Y genial si sirven para algo, para hacer pensar, emocionar o sentirte recogida.
¿Se ve representada como una cantautora de corte tradicional y acústica?
(Risas). No lo sé… bueno, creo que sí. Hoy se lleva mucho lo urbano y lo informático, esos ritmos más electrónicos que sí me encantan como consumidora, pero no me encuentro como creadora en ellos. Pero bailo a Rosalía. ¿Por qué no?
Siempre canta en un tempo calmado y baladístico.
No solo es que me vea más reflejada ahí, es que las canciones me nacen así. No le doy más vueltas.
Cuando habla de que su proyecto no es demasiado formal, ¿se refiere a que no busca profesionalizarse?
No es algo que busque. ¿Me gustaría? Pues no lo sé, estoy tan metida en esta rueda del trabajo estable que salir de ahí sería complicado. No aspiro a ello, solo a poder dedicarle más tiempo a la música. Pero es difícil equilibrar el ámbito laboral, las inquietudes, los hobbies...
Alterna piano y guitarra acústica. ¿Compone con ambos?
Eso es, con los dos. Me siento más cómoda haciéndolo con la guitarra, pero mi primer instrumento es el piano, lo que estudié como tal. Igual es más sencillo hacerlo con la guitarra, basta con cuatro acordes.
"Con el piano y jugar con instrumentos de cuerda, por ejemplo un cuarteto, me parece brutal"
Incluye cello en algunas canciones, como en la reciente ‘Extraña conocida’. ¿Con más medios vestiría más sus canciones?
Quizás… (duda). Si tuviese oportunidad me cascaría una pedazo de banda (risas), pero no aspiro a cantar con una orquesta sinfónica, por ejemplo. Con el piano y jugar con instrumentos de cuerda, por ejemplo un cuarteto, me parece brutal. En acústico, mejor un cajón o una percusión, ya que me gustan también los aires flamencos.
¿Abierta a diferentes ritmos?
Pues sí, pero tampoco es que lo haya pensado mucho.
Tiene una canción titulada ‘Mi norte’. ¿Cuál es, que busca en el futuro inmediato? ¿Sueña con debutar con un disco tras colgar varios temas en Spotify en los dos últimos años?
Me encantaría hacer algo chiquitín, como grabar una maqueta o un disco, hacer la carátula yo misma… Sí me haría ilusión para recuperar todos estos temas y darles un formato físico, poder tocar el disco con mis manos, que se pueda palpar. Sería como terminar el proceso, ya que tengo unos cuantos más de los que ya están en Spotify. Así podría concluir esta etapa.
