La pequeña Izaro ha pintado un gran arcoiris repleto de color y de esperanza en uno de los cristales de su casaarcoiris repleto de color y de esperanza. Ha sido un juego divertido para ella que le ha ayudado a ocupar ese tiempo que le toca estar en casa sin poder ir a la ikastola, ni al parque para jugar con sus amigos mientras dure la alerta por el coronavirus.

Ella, según cuenta su ama, Tamara, ha disfrutado coloreando el dibujo con la intención de que quien mire hacia su terraza, ubicada en Alameda de Rekalde, en Bilbao, pueda esbozar una sonrisa y alegrarse. Misión conseguida: "Una señora del bloque de enfrente salió a la ventana y nos dijo que le gustaba mucho. Nos dio las gracias", relata, emocionada, la amatxu.

Esta familia apenas lleva seis meses viviendo en este piso y por eso no conocen aún a sus vecinos. Pero esta mañana la vecina ha dejado en la puerta a Izaro un regalito con un mensaje: "Princesita, gracias por el arcoiris tan precioso".

Un detalle que ha hecho saltar las lágrimas a Tamara:"Ha sido muy emocionante. La vecina le ha regalado a Izaro un delantan pintado por ella y un libro de recetas", explica la amatxu.

No se conocen de nada, solo de salir a la terraza a jugar y de aplaudir, pero si hay algo se puede sacar en positivo de esta pesadilla es que se mejoran las relaciones sociales. ".Le hemos dado las gracias desde el balcón. Estamos viviendo una situación subrrealista...", cuenta Tamara.

Por la mañana, la pequeña Izaro ha recibido además del regalo de su vecina del bloque de enfrente, el vídeo de su profesor, Ibon. "Le hemos mandado un vídeo y él desde su casa nos ha enviado otro dándonos ánimos y muchos besos", cuenta Tamara. El confinamiento seguirá regalando estas pequeñas grandes cosas que ayudará a todas las personas a superar esta situación excepcional y a sentirnos mejor.

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