BILBAO. Atutxa, padre de Itxaso Atutxa, actual presidenta del BBB, nació en Getxo y en diciembre cumpliría 76 años. El histórico dirigente jeltzale, que llevaba tiempo hospitalizado a causa de una enfermedad, ha fallecido sobre las 7.20 horas de hoy. Atutxa ocupó la presidencia del partido en Bizkaia hasta que en 2000 fue relevado en el cargo por el lehendakari, Iñigo Urkullu.

Los máximos dirigentes del PNV actual han elogiado hoy la figura del histórico dirigente Javier Atutxa, fallecido este mañana, un referente por su "ética y rectitud", que fue el promotor de la generación actual del partido vasco.

El PNV ha colocado la ikurriña que ondea en su sede, Sabin Etxea, a media asta y con crespón negro durante tres días en señal de luto por la pérdida de Javier Atutxa, que presidió el PNV de Bizkaia en dos mandatos, de 1988 a 1992 y de 1996 al 2000.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha ensalzado hoy la honestidad, rectitud y compromiso con la paz y los derechos humanos del dirigente fallecido.

Urkullu ha recordado que con Javier Atutxa compartió "cientos de horas de trabajo y de responsabilidades. Él nos reafirmó en cómo desde la discreción, la franqueza, el acuerdo, el respeto a la palabra dada y el trabajo se pueden defender unas ideas y construir un modelo de país y de sociedad".

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, también ha destacado que Atutxa ha sido una persona que "ha dejado una profunda huella en el PNV, por su capacidad de entrega y por su visión política".

Atutxa fue, ha rememorado Ortuzar, un "abertzale íntegro, dirigente carismático y luchador incansable; durante sus mandatos, el partido registró un fuerte impulso en Bizkaia".

Ortuzar ha recordado que le llamaban cariñosamente "El Capi" y que era "un hombre recto, que hablaba claro y sin rodeos. Fue un político de sujeto, verbo y predicado, sin ambages ni dobleces. Decía lo que pensaba y pensaba lo que decía".

El senador Iñaki Anasagasti ha dicho a Efe que la muerte de Atutxa ha supuesto "un durísimo golpe para el PNV en general y para Bizkaia en particular, porque no fue un dirigente más, fue un dirigente de referencia en unos tiempos difíciles".

Atutxa, ha recordado Anasagasti, "fue el gran promotor de una nueva generación de dirigentes del PNV que en estos momentos están copando la máxima representación -como Iñigo Urkullu, Andoni Ortuzar y José Luis Bilbao-, y fue su promotor porque él siempre apostaba por la juventud".

Anasagasti lo ha descrito como "un hombre muy recto, de un pieza, de palabra, que se dedicó de lleno al partido en momentos difíciles, y mantuvo una entereza muy significativa".

El mismo carácter íntegro de Atutxa lo ha destacado el secretario de relaciones institucionales del PNV, Koldo Mediavilla: "se ha marchado un abertzale íntegro, recto, metódico, valiente".

Mediavilla, de la misma generación que Urkullu y Ortuzar, también ha destacado la condición de "referente" de Atutxa: "Para toda una generación de alderdikides (militantes) que compartimos su quehacer, su despedida nos deja un tanto huérfanos. Compartimos con él muchas cosas. Y él siempre tuvo una palabra de aliento, de apoyo, para que el relevo de esta cadena que debe hacerse interminable de militancia siguiera su curso".

Histórico dirigente nacionalista

El padre de la actual presidenta del PNV vizcaino, Itxaso Atutxa, fue uno de los históricos dirigentes del nacionalismo vasco en los años 80 y 90 como hombre de confianza del líder del partido, Xabier Arzalluz.

Nacido en Getxo el 26 de diciembre de 1937, aunque criado en el también municipio vizcaíno de Aretza, era conocido como "El Capi", por su condición de capitán de la marina mercante, pero también por su carácter recto y estricto que forjó a la nueva generación de dirigentes del PNV que hoy copan la máxima representación, como Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar.

Tras su etapa de capitán de la marina mercante, dejó la navegación para asentarse en tierra, donde trabajó muchos años para una consignataria de buques, Marítima Candina, en Bilbao.

Así pudo dedicarse a la familia, compuesta por su mujer, Lourdes, y sus tres hijas, Itxaso, Amaia y Leire, y a su 'otra' familia, el PNV.

Trabajó hasta jubilarse porque, como hombre de la vieja escuela, nunca cobró un duro del partido, siempre vivió de su sueldo.

En 1988, fue elegido presidente del Bizkai Buru Batzar (el PNV de Bizkaia), hasta 1992 y luego repetiría en este cargo entre 1996 y 2000, siempre con el todopoderoso Arzalluz al frente del partido.

Su primer mandato, que comenzó dos años después de la escisión del PNV y la fundación de Eusko Alkartasuna, estuvo volcado en los temas económicos, con el resurgir de la industria y el puerto de Bilbao tras la reconversión.

En el segundo, de 1996 y hasta 2000, fue el encargado de hacer la transición entre los veteranos dirigentes que venían de la clandestinidad y la generación de Iñigo Urkullu, su número dos entonces y sucesor en 2000 al frente del partido en Bizkaia.

Fueron unos tiempos en los que se rompió el pacto entre el PNV y el PSE que gobernó Euskadi durante buena parte de los 80 y 90 -una ruptura de la que Atutxa fue partidario-, se marchó José Antonio Ardanza como lehendakari y le relevó Juan José Ibarretxe, y en los que hubo un atisbo de esperanza con la tregua de ETA llamada de Estella-Lizarra, luego rota.

No fue un dirigente cualquiera: su carácter marcó a los entonces jóvenes Urkullu, Ortuzar o José Luis Bilbao.

Urkullu ha ensalzado de Atutxa su "honestidad, rectitud, lealtad, sinceridad sin ambages, pasión por la familia y respeto a las ideas de los demás", así como su compromiso con la paz y los derechos humanos.

"¡Cuántos valores he admirado también de él!", ha asegurado el lehendakari en un artículo en su blog.

Sus "discípulos" han coincidido en definir a Atutxa como un hombre recto e íntegro que marcó impronta en el partido.

"Hablaba claro y sin rodeos. Fue un político de sujeto, verbo y predicado, sin ambages ni dobleces. Decía lo que pensaba y pensaba lo que decía", ha evocado de él Ortuzar, actual presidente del PNV.

El senador del PNV Iñaki Anasagasti lo ha descrito como "un hombre muy recto, de un pieza, de palabra, que se dedicó de lleno al partido en momentos difíciles, con el plan de Lizarra, y mantuvo una entereza muy significativa".

Atutxa se ha marchado en su línea: sin dar que hablar.

Pocos sabían que llevaba meses hospitalizado. Retirado desde hace años, su nombre había vuelto aparecer indirectamente en los medios a comienzos de 2013, cuando su hija Itxaso fue elegida por sorpresa presidenta del PNV de Bizkaia, el mismo cargo que dejó Javier hace trece años.

El funeral será mañana en Areatza (Bizkaia), donde pasó su infancia.

Tanto el PP como el PSE han enviado sus condolencias a la familia y los compañeros de Atutxa.