Bilbao. La Ertzaintza continúa investigando y buscando pruebas que determinen si Juan Carlos Aguilar, el falso monje shaolín, se ha cobrado más víctimas que la nigeriana Ada Otuya y la colombiana Jenny Sofía Revollo. Hasta el momento, y tras una semana de inspecciones tanto en el gimnasio Zen4 como en la casa y el coche de Aguilar, la Policía vasca no ha encontrado evidencias de que el detenido haya podido asesinar a más personas.

Estos resultados de la investigación no implican que no se emprendan nuevas vías para verificar la magnitud de los crímenes que haya podido cometer Aguilar. En este sentido, la Policía vasca continúa con los análisis de vídeos, fotografías y restos orgánicos que puedan aportar nuevas pistas sobre si la lista de víctimas de Aguilar es más extensa que las dos mujeres asesinadas hace dos fines de semana. La Ertzaintza continúa buscando resquicios, evidencias, la más mínima prueba que pueda aclarar el escenario de la andadura criminal de Aguilar.

Por otra parte, la Ertzaintza también salió al paso de las informaciones que aseguraban que, en el pasado, Juan Carlos Aguilar había impartido cursos de artes marciales y que había prestado asesoramiento técnico a la Policía vasca. De este modo, según aseguraron fuentes del Gobierno vasco, ni el nombre ni el DNI de Juan Carlos Aguilar figuran en la base de datos de las academias de Arkaute ni de Berrozi. Es allí donde se instruye a los cuerpos de élite del cuerpo policial vasco.

Traslado A última hora de la tarde de ayer se señalaba, según algunas informaciones, que Juan Carlos Aguilar había sido trasladado de la cárcel de Basauri a la alavesa de Zaballa. El objetivo es garantizar la integridad del presunto asesino y alejarle del foco mediático que ha generado su caso.