Anglet. Hace 150 años, el 16 de enero de 1862 a las ocho de la mañana, echado en el züzülü al amor de la lumbre, fallecía el poeta Pierre Topet-Etxahun en su casa Etxahunia de Barkoxe (Barcus). Tenía 76 años, una larga y amarga vida empezada en el reinado de Luis XVI y terminada durante el segundo Imperio de Napoleón III, habiendo conocido la Revolución francesa, el primer Imperio, los reinados de Luis XVIII, Carlos X, Luis Felipe I y la Segunda República. En resumen, una vida semejante a los altibajos de la política francesa.
Sus funerales se celebraron dos días después, el 18 de enero de 1862, en la iglesia del pueblo y fue enterrado en el camposanto que la rodea. Su tumba ha sido restaurada recientemente y una piedra grabada lleva la última estrofa de Ahaide delezius huntan que reza así:
Khantore hoiek hontü nütin Ünhürritzeko olhetan,
Errumara joiten nizala erraiten beitüt hoietan;
Maleruski hil banendi bidaje lazgarri hortan,
Ziberuan khanta itzazie ene orhitzapenetan.
(Compuse estos cantos en los pastos de Unhurritze,
Anunciando en ellos mi salida para Roma;
Si, por desdicha, falleciera en tan largo viaje,
Que se canten en Zuberoa, en mi recuerdo).
Gracias a las numerosas alusiones que hace de su vida desdichada en sus poemas-canciones, sabemos que fue el segundo de una familia de siete hijos y que fue designado por sus padres como heredero de la finca Etxahunia. Va a la escuela donde aprende a leer y a escribir. A los 17 años se enamora de la criada de la casa y fruto de ese amor nace un hijo el 27 de febrero de 1805. Desde luego, los padres del poeta se oponen a un posible casamiento y no se sabe lo que vino a ser de la chica y del niño. En cambio, en 1808, el poeta se casó con Engrace Pelento de Barkoxe, sobrina del famoso cura Haritchabalet, por expreso deseo de sus padres y porque así debía ser si quería conservar la finca, abandonando, de esta manera, su primer amor.
Se casó con una mujer que no amaba y lo dice claramente en sus poesías.
Hogei eta bi urthik bethe egünin
Emazte bat hartü nin ene zorigaitzin.
(El día en que cumplía los 22 años,
me casé por desgracia mía).
De esta unión nacieron seis hijos entre 1809 y 1821; dos de ellos murieron muy jóvenes.
Esta época no parece ser muy dichosa para el matrimonio. En efecto, en la finca conviven dos parejas, la de los padres y la de los jóvenes. No tienen buenas relaciones y tienen que separarse la pareja de los padres, dejando la casa para vivir en la finca Topetia donde la madre del poeta fallece en 1818. Un hermano del poeta no volverá nunca de la guerra de Rusia y se plantean en los dos casos problemas de herencia entre el padre con los demás hijos y el poeta. Además de esto el desacuerdo reina en el matrimonio de Etxahunia, lo que aumenta la soledad del poeta cuyo carácter se vuelve más difícil.
A partir de 1821, la vida de Etxahun va a conocer altibajos notables que van a llevarle delante de la Justicia varias veces. En efecto, a fines de octubre de 1821 el poeta se enfrenta con un tal Benoit Goyhenx por problemas de dinero. Lleno de rabia el poeta con un hachazo hiere a su contrario. Detenido, Etxahun es encarcelado en Saint-Palais de donde se escapa. Detenido otra vez se ve condenado a dos años de cárcel por el tribunal de Saint-Palais a finales de diciembre de 1823, pena confirmada por el tribunal de Pau en febrero de 1824. Por eso, será encarcelado en la prisión de Eysses, al lado de Villeneuve-sur-Lot.
Vuelve a casa donde se da cuenta de su desdicha, a la vez económica y personal, puesto que su mujer tiene relaciones ilícitas con el vecino Hegiaphal. El 1 de mayo de 1827 un hombre que volvía de la feria de Oloron es gravemente herido por un escopetazo no lejos de Hegiaphalia y en Barkoxe toda la gente supone que el que tiró el escopetazo era Etxahun que, queriendo matar al amante de su mujer, hirió por error a otra persona. Curiosamente, Etxahun ha desaparecido; está en los montes de Zuberoa donde compone el poema titulado Mündian malerusik en el que en una estrofa dice:
Ene ixterbegia bahin emaztia
Herresterazi gabe nik nian flakia;
Bestek ereman derik hik behar kolpia
Bena kubera dirok orano hartzia.
(Mi enemigo tenías una esposa
sin engañar la mía tan débil;
otro ha recibido el golpe que te destinaba
pero puedes cobrar lo que mereces.).
Una copia de esta canción va a servir de prueba para acusarle delante de la audiencia criminal de Pau, que finalmente le absuelve porque no se ha demostrado que era posesor de una escopeta.
Dos años más tarde emprende su peregrinación hacia Roma y el Santuario de N. S. de Loreto. Esto corresponde a un voto que hizo cuando estaba en la cárcel antes de su compareciencia delante del tribunal criminal. Se siente solo:
Oroz arnegatürik nahi nüzü phartitü.
(Rechazado por todos quiero marcharme.)
Al volver de Roma, como buen labrador, quiere recobrar todo su patrimonio y durante diez años se dedica a eso. Hasta el año 1841 en que se presenta delante el notario de Navarrenx con un cómplice que desempeña el papel del hermano del poeta, haciéndole el donativo de la finca del padrino: en suma, una falsificación de escritura pública. Para escapar a la justicia emprende la peregrinación a Santiago de Compostela y, al volver de peregrino, le encarcelan en Pau y le presentan delante del tribunal criminal que ya en 1843 le había condenado en rebeldía a diez años de presidio y que en 1845 le condena a tres años de cárcel. Después de la anulación del juicio por el tribunal supremo, el tribunal criminal de Mont-de-Marsan le condena a dos años de cárcel que cumple otra vez en la cárcel de Eysses.
arruinado y solo A su salida está totalmente arruinado. Se ha vendido la finca en pública subasta. La compró su hijo, pero le niega a su padre la entrada. Empieza la época del vagabundeo. Va de pueblo en pueblo en toda la provincia, mendigando, tratando de vender sus canciones en pliegos sueltos y, en ocasiones, maestro de escuela, enseñando a los chicos a leer y a escribir, en vascuence desde luego.
La gente le teme por sus canciones muchas veces mordaces, como por ejemplo las que compuso contra el cura de Barkoxe y el cura de Eskiula. Por fin, el más joven de sus hijos le acoge en su casa de Eskiula y cuando fallece éste el primogénito de Etxahunia le abre la puerta y así termina su vida en la casa donde nació.