Culto al producto Km 0 y ‘de casa’

Es este un negocio familiar dinámico, que ha visto crecer sus instalaciones con un edificio anexo donde ofrecen servicio de cervecera. Así evolucionan para dar completa respuesta a todo tipo de clientes (familias, grupos de amigos y eventos especiales, como bodas, comuniones y comidas de empresa). En sus dos comedores en dos plantas, con un salón para eventos y terraza cubierta, el comensal encontrará buen acomodo.

A su cocina llegan productos cultivados en la huerta de casa y carnes de ganadería propia, que potencian su sabor en la brasa. De hecho, crían ellos mismos las terneras y hasta bueyes, incluso para competición. En cuanto a los pescados, apuestan por el género “de aquí”, en concreto de puertos como Bermeo, siempre que sea posible.

Kamiñoko, un asador que mantiene con orgullo la tradición Itxiar Acereda

Trabajan las verduras de temporada, las alubias de Gernika… en platos clásicos. Entre semana permiten elegir entre el menú del día, el especial y la carta, y los fines de semana, las dos últimas opciones. Sin olvidar los menús para grupos y concertados.

Destaca la repostería casera, elaborando con mimo cada receta dulce, hasta los helados.

La carta de vinos se centra en la D. O. Rioja, con predilección por una pequeña bodega que les surte el vino de la casa. Entre los txakolis ponen énfasis en el vizcaino.

En la cervecera, abierta los fines de semana y festivos durante todo el año, brindan un comedor con la fórmula de self-service, donde son protagonistas los pollos, ensaladas, croquetas… Por su amplio aforo, para 80/90 personas, resulta ideal para grupos y una opción perfecta para acudir con niños, que pueden jugar después en los jardines. En un entorno rural donde desconectar de la rutina, el parking permite aparcar con comodidad. En su terraza es tradición tomar las rabas al aire libre los sábados, domingos y festivos.