ECONOCIDO profesional de la medicina: Sigo desde el principio de la pandemia sus reflexiones en voz alta sobre cómo la estamos haciendo frente desde todos los ámbitos, inluido el suyo, el sanitario. Aprecio, por su puesto, su conocimiento teórico y, desde luego, el adquirido por estar en primera línea de lucha contra el virus. Sin embargo, lo que más le agradezco es la sensatez que transmite. Por si faltaran motivos de admiración, se acaba de saber que fue el primer elegido para recibir el Tambor de Oro de Donostia el próximo mes y que renunció a la distinción porque entiende que el mérito que se reconoce no le corresponde a un único individuo sino a todo el colectivo sanitario. Le hago llegar mi aplauso desde estas líneas.