¿Vas a ser capaz de quitarte de la cabeza lo que has visto?

-No, y todavía contestándote a esta pregunta se me humedecen los ojos. Es difícil olvidarse de cómo se despedía una mujer de su marido tras el cristal mientras él le pedía a su pareja que se marchara, acompañar a una paciente que llevaba luchando durante meses y sentir que el bicho la vencía, pasar noches a pie de cama de los pacientes e intentar quitarles esa angustia...

Jamás hubieras imaginado vivir algo tan duro.

-Nunca podríamos imaginar algo así. Nadie nos preparó para esto. La primera vez que junto a mis compañeras y compañeros nos poníamos todos el EPI, sentí que nos adentrábamos en La guerra de las galaxias y jamás podría imaginar que no me equivocara en que se convirtiera en una verdadera guerra.

¿Cuantas veces te has sentido al límite?

-Muchas veces. Sé que puede costar imaginarlo pero los turnos eran verdaderamente agotadores. Era una carga física terrible, teniendo que levantar a pulso a muchos pacientes que estaban dados la vuelta. Además, los pacientes covid eran muy inestables y en cualquier momento tocaba actuar.

¿Qué te ha dado fuerzas para seguir?

-Ellos, mis pacientes. Estar junto a ellos llegara lo que llegara y pasara lo que pasara.

¿A qué le tenías miedo cuando llegabas para empezar el turno?

-A nada, nunca le tuve miedo a nada, a pesar de ser diabética y de trabajar con una bomba de insulina debajo del buzo.

¿Qué situación tienes grabada a fuego?

-Las manitas pidiéndome disculpas de un paciente que luego falleció y tener que despedirme de él a través de una bolsa.

¿Te llegas a acostumbrar a perder pacientes?

-La muerte forma parte de nuestro día a día, pero hay historias y pacientes que nos calan muy hondo.

También está lo positivo, cuando ves salir a alguien que lo tenía complicado...

-Hemos tenido muchos que han salido y ni te imaginas lo que nos produce verles después, una felicidad increíble.

Habrá sido complicado para la gente de tu entorno...

-Para mis padres sobre todo.

¿Has llegado a notar recelo por parte de alguien al saber que eres sanitaria?

-Sí, de algún vecino en alguna ocasión o dentro de un supermercado, cuando alguien se percataba de que eras sanitaria.

¿Qué piensas cuando acabas el turno y ves que en la calle se vive casi con total normalidad?

-He visto ciertas actitudes que me provocaban mucha rabia y frustración. No podía entender qué más necesitaba la gente para despertar. Una parte de mi deseaba que hubieran vivido lo que yo estaba viviendo y otra parte de mi deseaba que no lo tuvieran que vivir nunca.

¿Dónde han quedado aquellos aplausos desde las ventanas?

-Para mi, en un eco vacío.

Pese a todo, ¿empiezas a sentir que ya queda menos?

-Siento que queda, pero ahora mismo vivo el presente y las posibilidades que ahora me brinda.

¿Qué esperas encontrar cuando vuelvas de vacaciones?

-Prefiero no pensarlo ahora mismo. Lo que tenga que ser será.