NAUSEABUNDO eurodiputado de Vox: Qué lejos quedan los tiempos en los que usted pasaba por un respetable e influyente periodista progresista. Confieso que yo seguía con mucha atención sus denuncias de los autores de las carnicerías totalitarias de los Balcanes, como el malnacido Ratko Mladic, cuya condena por la matanza de Srebrenica acaba de ser ratificada. No podía ni soñar entonces que, al pasar de muy pocos años, usted acabaría siendo uno de los adalides de la extrema derecha española más casposa. Qué asco, todas sus bravuconadas desde entonces, con doble subrayado para la última, manifestar su solidaridad con el presunto agresor machista Diego el Cigala y aprovechar el viaje para ladrar que todas las denuncias son falsas.