SU valiente Santidad: Me rasco la cabeza ante cierto titular que he visto en varios medios de orden. “La pederastia ya es delito en el Vaticano”, se cacarea como si fuera una gran noticia. Estará de acuerdo conmigo en que en lugar de “ya”, debería decirse que “por fin”. Es más, si pretendemos ser más exactos, tendremos que precisar que hasta diciembre no entrará en vigor la reforma del Código Canónico que endurecerá los abusos sexuales tanto a menores como a personas adultas por parte de religiosos. Andan muy tarde, pero bienvenido sea ese cambio si esta vez tiene vocación de cumplirse a rajatabla. Ya es hora, Monseñor Bergoglio, de que las buenas intenciones que ha manifestado sobre la cuestión pasen del dicho al hecho.