DESPLAZADO exministro y vencedor para nada de las últimas elecciones en Catalunya: Así se escribe la Histoeria, o sea, la historieta. Un día está uno cada cuarto de hora ante los focos y las cámaras dictando la política sanitaria del Estado español en una pandemia y al otro, se encuentra sentado en un escaño desde el que apenas podrá ejercer el derecho al pataleo. Jefe de la oposición, sí, con el dichoso efecto acreditado en las urnas, eso tampoco lo duda nadie. Sin embargo, a la hora de la verdad, se diría que ha salido perdiendo con el cambio. Se suma, pues, a la cada vez más numerosa legión de víctimas del pretendido gurú Iván Redondo. Como la moción de Murcia, parecía una buena idea designarlo cabeza de cartel. Y mientras, Miquel Iceta sonríe cartera en mano.