Karlos Arguiñano fue uno de los invitados de ‘laSexta Noche’. Su presentador, José Yélamo, se desplazó hasta la cocina del mítico cocinero vasco, desde donde graba su programa diario en Antena 3, ‘Cocina Abierta’. Arguiñano, fiel a su estilo, lanzó afirmaciones que no han dejado indiferente a la audiencia.

Según él, habría que “cambiar a todos los políticos” y lamenta que no se hayan unido durante la pandemia y solo “se unen para buscar el bien propio”. “Lo que hacen falta son empresarios hábiles que fabriquen”, sentenció después de comentar que, a su juicio, importamos demasiadas cosas del extranjero y especialmente de China.

Su condición de empresario no es óbice para que él se autodenomine como “rojo chillón”. “Vengo del metal, del mundo obrero, y estoy orgulloso. Me he hecho empresario pero tengo el punto de ‘rojillo’ de cuando tenía 16 y 17 años”, afirmó el cocinero, que lleva treinta años acercándose a los hogares de la gente con sus platos tradicionales.

Esta forma de pensar le costó más de una bronca con su padre. “Mi padre era muy pobre, pero era muy de derechas. Yo no lo entendí nunca”, comentó ante José Yélamo. “Yo le decía que ‘menos mal que ganasteis la Guerra, si la llegáis a perder no sé que hubiera sido de nosotros’. Era taxista y los dos últimos taxis se los compré yo”, confesó.

Un emocionado Arguiñano también recordó que su progenitor estuvo en la División Azul: “Me negaba el Holocausto gritándome. No reniego de él para nada, pero creo que estaba equivocado.

Postre de Navidad en dos minutos

Antes de comenzar la entrevista, Arguiñano se puso el delantal para moverse en su ‘salsa’. El cocinero ha compartido una sencilla receta que es perfecta para Navidad y que solo lleva dos ingredientes: avellanas sin sal y chocolate.

“Es muy fácil y ya verás el juego que va a dar”, avanzó el cocinero vasco. La preparación es la siguiente. La tableta de chocolate negro se introduce en un cazo con agua hirviendo al baño María. Cuando esté fundido, añadimos unos 100 gramos de avellanas y se remueven hasta que se integren bien.

El último paso es darle forma con una pequeña cuchara, antes de meterlo al frigorífico hasta que quede compacto.