LA oficina postal de Navidad instalada en la Plaza del Arriaga de Bilbao no da abasto estos días. Todas las tardes hay dos pajes de pelo naranja que se encargan de ayudar a los miles de niños y niñas que hacen cola para acceder a Gabolak y entregar la carta en la que han escrito ese regalo con el que llevan semanas soñando. Algunos lo depositan en el buzón de Olen-tzero, mientras que otros eligen a Papá Noel o a lo Reyes Magos de Oriente para hacerles llegar sus deseos. Lo importante es que las peticiones de los txikis de la casa lleguen a buen puerto, a tiempo y sin problemas. “No os preocupéis. Nosotros nos encargamos de que las cartas lleguen a sus destinatarios a tiempo. Estos días están a tope de trabajo. No duermen para que todos los pequeños tengáis los juguetes y regalos a tiempo”, aseguró Beñat, uno de los pajes de la oficina postal de Navidad.

Águeda Ruiz, Ainhoa Gorostiaga, Nikole Petralanda y Carla Ordozgoiti, cuatro amigas que estudian en el colegio Jesuitas de Bilbao y que comparten clases de baile moderno, llegaron corriendo ayer por la tarde para introducir su carta en el buzón del carbonero barrigón. Les acompañaba Susana, la amatxu de Ainhoa: “No podemos perder el tiempo. Nosotras somos de Olentzero”, lanzaron al unísono las niñas. Emocionadas las cuatro amigas introdujeron su carta escrita a lápiz con los regalos que le han pedido este año a Olentzero. Ainhoa lo tiene claro. Quiere que el carbonero le traiga un altavoz de color azul, su color preferido, para escuchar música. “Me gustan las cantantes Aitana, Ana Guerra, Antonio Orozko y Melendi”, dijo. La pequeña también ha incluido en su carta dos libros para aita y ama a los que desde hace semanas les lleva transmitiendo una preocupación: “Si todo el mundo le pone a Olentzero vino me da miedo que no llegue a casa con los regalos”, dijo la pequeña. Claro, si bebe Olentzero no puede llevar montar sobre Astotxo. Por eso Ainhoa aprovechó este espacio para lanzar un mensaje a los aitas de los miles de niños vascos. “Menos vino y más agua para Olentzero. Si bebe mucho alcohol puede que se sienta mal y por eso igual se duerme y no llega a todas las casas a tiempo”, explicó con preocupación.

Por su parte, Águeda, entre los miles de muñecos que hay en el mercado se ha decantado por el fantástico y diminuto mundo que se asoma entre los personajes de Sylvanian Families. “Me encantan. Son muy bonitos”, afirmó con una sonrisa. Mientras, Nikole Petralanda prefiere un vestido negro con estrellas para lucirlo en estas fiestas navideñas. “Soy muy coqueta”, destacó la pequeña. Pero eso sí, por si acaso para que Olentzero no se equivoque con el vestido en la carta le ha añadido el nombre de la tienda en la que ha visto la prenda que le ha gustado. “De todos modos tiene la ayuda de Mari Domingi que seguro que lo encuentra”, comentó esperanzada. Lo mismo va hacer Carla que este año ha pedido a Olentzero una chaqueta de la marca Pepe Jeans. “Yo se lo voy a poner claro para que no se equivoque”, comentó.

La oficina postal de Navidad se trasladará el miércoles hasta el pabellón San Pelayo del Hospital de Basurto para que los pequeños ingresados puedan depositar sus cartas en los diferentes buzones. “También vamos a pedir por todos los niños y niñas que están enfermos para que se curen”, desearon las cuatro niñas. El año pasado en la oficina postal del Arriaga se recogieron casi 5.000 cartas. “Este año seguro que se supera”, aseguraron los pajes.

Junto con la oficina postal, el proyecto navideño que Tecuni ofrece a la villa para promover el espíritu navideño, también se ha instalado tres bolas luminosas gigantes de dos metros cada una. “Después de entregar las cartas nos vamos a sacar la foto”, concluyeron las pequeñas.