Mazda respeta la regla de oro de no alterar lo que funciona y limita la renovación del CX-3 a leves reajustes cosméticos y mecánicos. Además de retocar el maquillaje y acrecentar algo las dotaciones, sustituye la motorización diésel empleada hasta ahora por otra más solvente y eficiente. En su remesa actual, el exitoso modelo se puede adquirir con tres propulsores - el nuevo diésel de 115 CV y los gasolina de 121 y 150-, con tracción delantera e integral, con caja de cambios manual y automática, en tres definiciones de producto escalonadas. La tarifa oficial discurre entre 18.645 y 27.550 euros.

El auge de las creaciones tipo SUV y la buena sintonía del público con el discurso estético de Mazda convierten al CX-3 en uno de los pesos pesados de su catálogo. De hecho, es el segundo producto más solicitado de la gama, por detrás del hermano mayor CX-5, condición que explica el mimo con el que la firma japonesa afronta su evolución.

Además de poner al corriente su imagen, el modelo enriquece el equipamiento con la incorporación de nuevos elementos. Es el caso de los sensores delanteros de ayuda al estacionamiento. También cuenta con un programador de velocidad activo provisto de función de parada y reinicio de la marcha; trabaja en un rango de velocidad entre 0 y 200 km/h). Instala, así mismo, un sistema de frenado de emergencia que ahora es capaz de detectar viandantes en plena noche.

En el capítulo técnico, Mazda pone énfasis en el trabajo realizado para la mejora del bienestar de marcha de los ocupantes del CX-3. A tal fin se ha incrementado el aislamiento acústico de la cabina y se ha ajustado la suspensión para filtrar más eficazmente las irregularidades del suelo (cambian la barra estabilizadora y los muelles). No obstante, la novedad más significativa en este plano es, claro está, la sustitución de la mecánica gasóleo.

El anterior bloque 1.5 de 105 CV cede su alojamiento al motor 1.8 Skyactive-D, un cuatro cilindros que procura 115 CV. Su mayor cualidad consiste en armonizar agilidad y austeridad, puesto que homologa un promedio ideal de consumo de 4,4 litros a los cien.

El nuevo motor turbodiésel puede combinarse con tracción delantera 2WD e integral 4WD, con caja manual y con automática de seis relaciones. La oferta motriz del Mazda CX-3 se completa con las unidades de gasolina ya conocidas, 2.0 Skyactive-G con 121 y 150 CV. La primera se vincula únicamente a tracción delantera y a transmisión manual; optar por la más solvente comporta asumir tracción a las cuatro ruedas.